jueves, 27 de febrero de 2014

PERSONAS ESPECIALES PERO NO DIFERENTES

   Hace unos días leí en Facebook cómo la madre de una niña con autismo se lamentaba de la actitud de un grupo de personas cuando su hija actuaba públicamente en un festival del colegio.  No me imagino el enorme esfuerzo que tanto para ella como para sus padres supondría esta actuación pública. Esfuerzo y a la vez ilusión. Un paso más. Pero la ignorancia , traducida en risas y burlas, y el “no saber estar” de ciertas madres  bañó de negatividad lo que se supondría que  iba a ser un día especial.

En los planes de estudio faltan muchas asignaturas que nos enseñen a comportarnos en determinadas situaciones y a tratar y convivir con personas diferentes. Quiero pensar que la reacción de burla que sufrió esa niña en su actuación fue por ignorancia y desconocimiento por parte de esas personas, no por mala leche o mala intención. Y si no fuera así desde aquí las maldigo.


Cuando yo iba al colegio había en nuestra clase una niña que nunca se relacionaba con las demás, una niña que no participaba en las actividades escolares y que cuando le tocaba leer se quedaba callada. Como todas éramos pequeñas e inocentes nunca le dimos importancia a su actitud, ni nunca nos preguntamos por qué, cuando le tocaba a ella decir la lección, las profesoras se saltaban su pupitre y se dirigían a otra compañera de clase. Me acuerdo que una vez leyó. Y por una extraña razón todas las demás alumnas empezamos a aplaudir. Un acto instintivo. Al día siguiente nuestra compañera no asistió a clase y la tutora nos dijo que agradecía nuestra iniciativa del día anterior, pero que si volvía a ocurrir no volviéramos a aplaudir , que era mejor para ella que actuáramos con normalidad ante cualquier logro que hiciera. Ahí quedó la anécdota. Nunca me pregunté el porqué de esa enseñanza, pero siempre me quedaron grabadas las palabras de nuestra profesora.

Muchos años después en el instituto había un chico que no se relacionaba con los demás. Me acuerdo que sacaba muy buenas notas, y que era muy inteligente. Cuando salíamos al recreo todos íbamos con nuestro grupo de amigos mientras él caminaba sólo con las manos agarradas atrás y daba vueltas al patio hasta la hora de volver a clase. Lo peor de todo es que en esta época de la adolescencia en la que estamos cegados por la estupidez y la sinvergüenza, le habíamos puesto un mote al chico y nos reíamos de él. No me acuerdo del mismo, pero me imagino que  era un mote muy poco afortunado.
Con los años me he dado cuenta que esa gente era especial. Estoy segura que tendrían algún problema de aprendizaje, algún síndrome relacionado con el autismo o simplemente problemas en su entorno familiar o algún trauma de la infancia.  Nadie nos enseñó cómo tratar a esos compañeros, cómo entender mejor "su mundo" y cómo hacerles partícipes del nuestro. Entiendo que la integración es absolutamente necesaria aunque también imagino que tremendamente difícil. Sólo cuando nos toca de cerca ciertas cosas es cuando nos damos cuenta de que vivimos en la ignorancia  y desinformación más absolutas.

Hace unos meses tuve una cliente con síndrome de Asperger. Me costó mucho saber cómo tratarla, y si bien al principio sus visitas me resultaban incómodas, enseguida me guié por mi intuición y sólo traté de comprenderla y hacerme comprender de la mejor manera posible. Puedo decir a día de hoy que es una de las pocas personas que me han agradecido mi trabajo y me ha hecho sentir , a mí,especial. Paradojas  de la vida, su hijo padece autismo.


Hace poco estaba con unos amigos esperando a que terminara el cumpleaños de una de mis sobrinas políticas, cuando un niño se acercó a mi taza de café y a mi trocito de bizcocho y comenzó a comerlo sin pedirme permiso. Mis compañeros de mesa me preguntaron si conocía al niño, les dije que no. Nos extrañó su actitud  pero nadie dijo nada. Cuando el niño echó a correr levanté la cabeza y ví como se acercaba a su madre. Sonreí para mis adentros cuando reconocí a su madre como mi cliente. Ella también me vio y me saludó con la mano señalándome a su hijo para indicarme que ese era su precioso niño.
La conclusión a la que quiero llegar es que nadie nos enseña que hay familias que tienen que luchar y pasar  día a día por muchas dificultades que les ha puesto la vida, que los demás no somos conscientes de por qué a veces la gente es cómo es, y el por qué actúan de determinadas maneras. A veces o casi siempre optamos por el peor de los caminos, como es excluirlos o burlarnos de ellos.  Lo que sí creo es que si eres una persona con un mínimo de racionalidad, aunque no estés preparado para afrontar determinadas situaciones las intentas solventar de la mejor manera posible, con  mayor o menor acierto, pero con un grado de decencia y consideración. Lo que no puedo comprender es que todavía haya personas adultas que sigan cegadas por el aquel velo de estupidez y  sinvergüenza de cuando eramos jóvenes e inmaduros, porque ya no tienen justificación posible.
Las madres que se rieron de aquella niña en la actuación todavía no han aprendido una de las mayores lecciones de la vida: el respeto hacia los demás.

Dedicado a mi nueva amiga y a su dulce niña. 


ROCIO

domingo, 23 de febrero de 2014

CINE Y LIBROS. UN POST CULTURETA PERO SIN PASARSE.

   El día doce de marzo me quitan la escayola. Me han advertido que ahí es cuando empieza lo peor, que la rehabilitación duele mucho y que no voy a poder andar sin muletas aún en mucho tiempo. Chachi. Mientras, tranquilidad y buenos alimentos. Intento no pasarme mucho con la comida porque con tanto reposo parece imposible no coger kilos pero realmente lo que me apetece cada día es arrearme un buen cocido con mucho unte, ya sabéis a qué tipo de cocido me refiero. No obstante ya digo que estoy bastante concienciada y me sacrifico.  Menuda soy yo cuando me propongo algo.

   Esto de estar con una pierna escayolada puede parecer, así a bote pronto, el antiplán, pero si te lo montas bien puede ser bastante entretenido. Lo que más entretiene, sin lugar a dudas, es tener un hijo de dos años y medio que está aprendiendo a hablar.  A mí me habían dicho que los niños que tardan mucho en hablar pasan a hacerlo perfectamente, con total corrección. JA!   Mi hijo tiene una media lengua de trapo imposible. Con tanto teteo y tanto ceceo no le descifro y eso me frustra. Ahora sufro en mis propias carnes eso de la barrera del idioma. Antes se comunicaba conmigo por gestos y era eficaz a la par que divertido. Era como jugar a las películas a todas horas. Unas risas… Hay que ver lo que discurría para pedirme algo. Incluso utilizaba para comunicarse un juguete interactivo de esos que te enseñan las letras a través de palabras. Me recordaba a Stephen Hopkins hablando a través de su máquina.  Él pulsaba la letra Q y el aparato repetía: QUESO, QUESO, QUESO. Venía ufano con su Bebétablet  cuando le apetecía un trozo de Flor de Esgueva. Porque eso sí, mi hijo come poco, pero bueno. Manchego de calidad, que el  jodío me ha salido sibarita.      

   También me entretengo leyendo mucho. He terminado un libro que tenía pendiente desde hace tiempo. “Historia del mundo contada para escépticos” de Juan Eslava Galán. Este autor, que también escribió “La mula”, novela magistral de la que han sacado recientemente la peli protagonizada por Mario Casas y María Valverde, es un fiera cuando habla de Historia. No me quito el sombrero porque no lo llevo. Yo ya había leído “Historia de España contada para escépticos” y me había encantado. Te desmitifica todos los grandes episodios de la Historia, te explica todo de una forma divertidísima, con una sorna y una ironía muy bien traída y con mucho rigor también. Lo recomiendo para todo el mundo, tanto si os gusta la Historia como si no. Es fabuloso. Otros títulos que ha escrito son “Una historia de la guerra civil que no le va a gustar a nadie” “Historia del catolicismo contada para escépticos”.  Seguro que fantásticos también. Los pongo en “pendientes”.


   Ahora estoy a medias con “El buen hijo”. La novela con la que Ángeles González-Sinde quedó finalista del Premio Planeta el año pasado. Me gusta. Me gusta mucho cómo escribe esta mujer y fíjate que la tenía yo como un poco de manía, no me digáis por qué. En ocasiones me pasa, que me cae alguien mal sin razón de peso alguna (Lady Gaga, Mariló Montero, uno que presenta el tiempo en Antena 3…) Pero respecto al libro os digo que me parece francamente bueno. Me está sorprendiendo gratamente, esa es la verdad. De hecho, creo que es mejor que el que salió ganador.

   También estoy viendo bastante cine. Cine español sobre todo. He visto la ganadora del Goya de este año, “Vivir es fácil con los ojos cerrados” de David Trueba. Muy tierna y emotiva. Javier Cámara se sale. Imagino que ya habéis oído sobre qué trata: un profesor fan de John Lennon que inicia un viaje con dos adolescentes para conocerle. La historia es más compleja pero no voy a desvelar nada. Que nadie se la pierda. De la otra gran nominada “La gran familia española” no puedo decir lo mismo. Es entretenida pero no mucho más. No le llega a “Primos”, la anterior peli del mismo director, Daniel Sánchez Arévalo (el reparto es casi coincidente también) ni a la suela. Esa sí que me gustó.


   Y como colofón “Frozen, el reino del hielo”. Qué chulaaaaa. De todos es conocida mi afición por las películas de animación y tenía unas ganas bárbaras de ver ésta. Chulísima de verdad. Me encanta que a los de la Factoria Disney les salgan las protagonistas cada vez más humanas. Graciosas, torponas, mortales en una palabra. Las princesas Disney de antes eran taaan guapas, taaaan bondadosas y taaan etéreas que no se las creía nadie. A esta película le pongo un nueve alto. El diez sólo para “Enredados”.



   Esta semana tengo dos tareas que hacer. Ver “Brave (Indomable)” y el cortometraje ganador del Goya “Cuerdas” que me está llegando por todos lados como si una señal del destino se tratase.

   Y así, despacito, despacito, van pasando los días…


ROSA

lunes, 17 de febrero de 2014

RECOMENDACIÓN: ¿PAN DURO A LA BASURA?


De nuevo mi  amigo Jamie Oliver, (ya me gustaría a mi), me ha dado unas ideas fenomenales para aprovechar la comida. Esta vez con el pan que sobra del día a día. Ese pan que siempre acaba en la basura porque nadie quiere comerlo, porque está duro, porque parece “chicle”, porque no cruje.   A mi me da mucha pena tirar la comida que sobra, por eso estas ideas que leo me gusta contároslas, porque creo que son de lo más útil y nos ayudan a ahorrar, teniendo en cuenta además que están los tiempos para ello. 


Es cierto que existen muchas recetas que utilizan pan duro. Por eso es bueno reservar ese pan para utilizarlo como ingrediente esencial de nuestro próximo plato. Se me ocurre utilizarlo para hacer un riquísimo salmorejo, unas suculentas sopas de ajo, como acompañamiento a un puré o una sopa, tostadito con un poco de aceite, como aderezo para ensaladas, unos increíbles picatostes o como unas simples tostadas de mantequilla y mermelada para disfrutar de un buen desayuno. Hay miles de recetas pululando por internet, que se hacen con pan duro.

Podemos hacer pan rallado casero. Os aseguro que hace que las comidas tenga una textura más crujiente y exquisita que si utilizamos el pan rallado de compra. Se puede rallar de diferentes formas tanto de manera fina como de manera gruesa, dependiendo para que lo vayas a usar. Yo suelo rallar el pan que tiene ya varios días porque está más duro y me resulta más fácil rallarlo. Lo dejo secar un día en una bandeja y posteriormente lo guardo en un recipiente hermético para usos posteriores. También podemos rallarlo junto con otros ingredientes para darle sabor, como ajo, perejil, lo que se nos ocurra. 


Una idea dentro del pan rallado, para hacer que por ejemplo las pechugas de pollo rebozadas están muy crujientes, es utilizar o bien el pan rallado casero que os he comentado o bien triturar los cereales Kelloggs de toda la vida, los que no tienen azúcar. ¡Probarlo alguna vez, no os defraudará!.
Si os gusta hacer pan casero (que ya os enseñaré yo alguna receta), hay un truco muy antiguo para hacer que el pan resultante este supercrujiente. En lugar de usar harina, se usa pan duro rallado para espolvorear el fondo de una bandeja antes de colocar la masa encima. Evita que se pegue y lo hace el doble de bueno.

Incluso podemos darle algo de color y sabor a ese pan del día anterior. Podemos cortar el pan en rodajas y mezclarlo con hierbas, ajo picado, especias, guindilla, aceites especiales antes de tostarlos. Y si encima aprovechamos el calor del horno que hemos utilizado para un buen guiso previo, tendremos ya el premio de los super-ahorradores.





Yo últimamente guardo todo en tarros herméticos. Y el pan no va a ser de menos. Suelo secar del todo las rebanadas de pan de los días anteriores. Y si tengo el horno encendido incluso les doy un toque de calor para que se doren un poco y se sequen más aún si cabe. Después guardo las tostadas en un bote hermético y las suelo usar en muchas cenas para untar desde patés hasta quesos. ¿A que ya nos vamos a pensar eso de tirar el pan del día anterior?.

 ROCIO

jueves, 13 de febrero de 2014

CUANDO SEA MAYOR...

  
   Cuando sea mayor, o vieja incluso, voy a vivir en un ático con una gran terraza. Tan grande va a ser la terraza que voy a poder tener en ella flores, un rinconcito chill-out, un gallinero como el de “Mujeres al borde de un ataque de nervios” y un pato. A las gallinas les voy a poner nombres de personajes históricos importantes: Mesalina, Magdalena o Aspasia, por ejemplo.  Al pato le voy a llamar Pitágoras, como el que tenía mi prima N, que era tranquilo hasta que descubría que llevabas cordones en los zapatos. Entonces se enajenaba  y  se liaba a picotazos con una violencia tal que un dóverman amaestrado por las SS alemanas resultaba manso a su lado. Pitágoras no cejaba en su empeño y no te soltaba hasta que mi prima se quitaba una zapatilla y zas! le arreaba en toda la cabeza. (Ay Dios, no sé si lo que acabo de contar es políticamente correcto) Entonces se alejaba volviendo la vista atrás de vez en cuando y murmurando “Esta te la guardo, tía” (Cuácuá cuácuá, cuá). Te miraba con los ojos entrecerrados y a veces incluso uno le brillaba, clin!, como a los malos de los dibujos animados.   

   Mi pato Pitágoras, el mío, el que voy a tener en mi terraza, no va a ser agresivo. Va a ser dulce y cariñoso. Estoy pensando que le voy a comprar una novia, que ya dijo Dios “No es bueno que el pato esté solo” Así tendrán patitos e irán por toda la terraza en fila india, cuá, cuá, cuá, cuá. Ay qué ricos.  




   Cuando sea mayor, o vieja incluso, voy tener un huerto ecológico (en mi superterraza) donde cultivaré tomates, lechugas y calabacines. Quizás también fresas. Si tenéis suerte y me queréis mucho puede que os dé un tarro de mis confituras caseras recién envasadas. Por muy grande que sea la terraza no creo que la producción sea demasiado abundante, así que conformaros con un tarro o como mucho ya digo, si tenéis suerte y me queréis mucho, dos.

  Cuando sea mayor, o vieja incluso, voy a tener un salón con chimenea. Una de esas modernas como la que sale en “Castle” que no te impregnan de olor a matanza de pueblo de Castilla (ese olor que a mi simpatizante tanto le gusta, por otra parte). Y alrededor de la chimenea nos sentaremos los amigos a tomar Gintónics, a criticar al nuevo presidente de la República y a celebrar la victoria del Sporting de Gijón en la Champions.


   Cuando sea mayor, o vieja incluso, voy a tener un novio cubano. Un melocotón buenorro que me preparará un Banana Daikiri cuando los amigos por fin se vayan. Me ayudará a cuidar mi huerto (siempre con el torso desnudo, eso sí) y  le dará de comer a los patos, además de recoger cada día los huevos de Mesalina y compañía. Será muy cariñoso, tanto o más que el pato. Me llamará Mamita linda, bailará el guaguancó para mí y me dará  masajes con aceite de bergamota. Luego descubriré que estaba liado con mi jardinero, que sólo me quería por mi dinero y que gustaba de usar mi ropa interior sexy de vez en cuando, pero eso es otra historia. A mí no me va a afectar demasiado. Yo sólo quería un chulazo sabrosón para presumir delante de mis amigas.



   O a lo mejor no. A lo mejor cuando sea mayor, o incluso vieja, tendré artritis y artrosis, una prótesis de aluminio en la cadera y una dentadura en un vaso encima del lavabo. Me reuniré con mis amigas para jugar al parchís, para hablar de nuestros dolores y para criticar a mi nueva nuera. Usaré Indasec, Corega Ultra, bragas cristianas, gafas de corta y media distancia y puede que un andador. Y con suerte, si la cosa marcha bien, seguiré teniendo un simpatizante que me enseñará a bajar los bordillos de la acera con el andador, que me invitará a cenar jamón y vino rico y que, cuando llegue el más crudo invierno, me arropará con una mantita delante de su chimenea de leña. Y los dos oleremos a pueblo.

   A mí tanto reposo me está trastornando la jodía cabeza, ya os lo digo.



ROSA


lunes, 10 de febrero de 2014

MEDIDAS DE SEGURIDAD

Esta semana estoy sola en mi casa. No os pongáis a planificar nada para venir, ya sea con buenas o malas intenciones, porque este post lo publicaré la semana que viene y para entonces espero estar ya  muy bien acompañada. 
No es un secreto que soy una "miedica". Y que no puedo ni visitar las "casas del terror" de los parques de atracciones, ni ver una película de miedo, ni ver el programa "Cuarto Milenio". Además soy una persona muy sugestiva (como las galletas)  y me creo todo lo que veo. Odio los espíritus, extraterrestres, zombis y sobre todo familiares que vienen del más allá para hacerte una visita.  Desde aquí hago un llamamiento a los que he conocido y que hayan fallecido que no me vengan a ver, que les he querido mucho en vida pero ahora no veo la necesidad de que me molesten. No les iba a recibir  como tal vez se merecieran. 
"Lo peor que puede haber en la vida son los humanos", me dice mi madre. Ja! Si viniera, por ejemplo, Michael Jackson de zombi (que no se me ocurre como sería porque ya era feuco en vida), y el ladrón más conocido de toda España, el Solitario me quedaría con éste último. Al menos con un par de euros igual solucionaba el percal.
ENTRE EL MUÑECO WAKO Y EL QUE SE PARECE A LAUREN POSTIGO...¿ QUIEN TE GUSTARÍA QUE TE VISITARA?
Me he puesto a escribir este post con la intención de que en seguida me entre el sueño y no piense en que estoy sola y que me va a entrar alguien en casa. Pero a estas alturas del relato estoy ya "cagada" (perdonarme por la expresión), y creo que no voy a lograr conciliar el sueño. Os pongo no obstante en situación: vivo como sabéis los seguidores del blog, a las afueras de la ciudad, en una casa de campo, sin vecinos alrededor, y con las luces de la "caleya" (camino estrecho y poco asfaltado en asturiano) unas veces funcionando otras veces apagadas, encontrándome en muchas ocasiones en la oscuridad más absoluta. Todo campo, una visión sombría con árboles formando siluetas terroríficas por su falta de hojas y esplendor, el mar rugiendo de fondo, y pequeños animalillos silbando melodías nocturnas. Jodiéndome la vida, vamos. 
La primera vez que fui a vivir a esta casa de campo no paraba de oír ruidos que no conocía y no sabía de dónde procedían. Siempre le preguntaba a mi npm:

-¿Qué es ese ruido? 
-El viento. 
-¿Y ese otro?
-El mar
-¿Dios mío, qué es eso?
- El tren de mercancías que está pasando
-¿Y eso? 
-El tren de viajeros 
-¿Oíste eso? 
-Sí, será un coyote
-¿Y ese "mic, mic"? 
- El correcaminos. 

Un sinvivir. 

Al marchar mi npm de mini-vacaciones me ha dejado una serie de instrumental de ataque para usarlos como  medidas de seguridad, por si las moscas. Tengo un bate de baseball, es de aluminio y pesa un montón. No creo que pueda cargar con él si tengo que zurrar a alguien. El otro día cayó al suelo y agujereo el parqué, decidí guardarlo en el trastero. En la elección entre estética y seguridad, opté por la primera. 
También me ha dejado un fusil de jugar al paintboll. Dice que aunque no haga nada puede servir para ahuyentar a los malos. Todavía no me ha enseñado cómo se utiliza, y también pesa bastante. Algún día la sacaré del armario para pintar la pared con ella que siempre me ha gustado el gotelé. 
La última medida de seguridad que ha traído a casa es un cuchillo de supervivencia que debió de pertenecer a Rambo. Tiene de todo. Se convierte en muchas cosas y tiene hasta una cuerda atada alrededor de la funda por si tienes que bajar por un precipicio y no tienes eso... una cuerda. El otro día quise enseñársela a mis padres y tarde media hora en sacar el cuchillo  de la funda. La dichosa cuerda  me impedía desenvainar con rapidez el arma en cuestión.¿Me darían los atracadores media hora para desenfundar el cuchillo? Al menos podría huir por un precipicio, la cuerda parece que se desenreda bien. Además no me gustan las armas blancas, me dan grima, no me gusta ni despedazar un pollo... 
AUNQUE RECONOZCO QUE ME QUEDA BIEN AL RAS DE LA  CINTURA
Por último, tenemos dos perros. De esos ya os he hablado en otro post. La verdad es que los perros son los que más tranquilidad me dan. Siempre que pasa algo o pasa alquien me avisan con un ladrido. Y ahora ya conozco lo que me quieren decir cuando ladran: "Guau Guau Guau"  a intervalos separados significa: "la pelota no la puedo coger, Ro ayúdame". "Guau Guau Guau Guau"  con intervalos muy seguidos es que pasa alguien de la categoría de "normal".  Y "Guauguauguauguag Grrrrrr Guau guauuu grrrrr " es  que hay peligro, tipo "que viene otro perro", "que viene gente rara" o que simplemente pasa el camión de la basura. Son perros de caza y están preparados para cualquier asalto. Últimamente ladran aunque pase una mosca y siempre digo: "Tron tranquilo es gente paseando", "Debra tranquila es una pareja de búhos", "Tron es el coyote", "mic mic ¿el correcaminos? No lo tengo muy claro".


Vamos, que estos perros siempre me tienen alerta por el dichoso.:"voy a levantarme  por sí acaso es algo malo... pero ir pa´nada...". Ahora están los dos durmiendo, es noche cerrada. Espero que no ladren y me dejen dormir. Encima no para de sonar el viento, hoy es la segunda ciclogénesis  explosiva de la semana. Se acaba de apagar la tele porque el viento debió de mover la antena. Con la tranquilidad que me daba oír hablar a Belén Esteban. Es tan de andar por casa... ¿ Por qué me  tienen que dejar sola en el peor momento? Las dos de la mañana y sigo sin pegar ojo. Creo que voy a tomar el último arma que me queda: un relajante muscular de los que me quedan de una anterior tortículis y que tengo en caso de emergencia, como ésta noche. Mañana llamaré a mis padres y les invitaré una semana para que vengan a mi casa. ¿Quién se va a negar a venir a esta casa de campo con la tranquilidad que se respira?, ¿verdad?.

ROCIO

miércoles, 5 de febrero de 2014

AGROTURISMO: LA TERRAZA DE VIESQUES


Mis amigas del Cole somos algo fetichistas en cuestión de gustos culinarios. Siempre vamos al mismo sitio cuando nos reunimos. Y es que creo que no lo vamos a cambiar en mucho tiempo, porque una vez que entras y pruebas las cositas tan ricas que hacen, te garantizo que vuelves. El nombre de este agraciado lugar es: " La terraza de Viesques". Si eres de Gijón o de otro lugar de  Asturias, no pierdas la oportunidad de conocerlo y si vienes de fuera, es un  sitio obligatorio. Todo tiene su encanto: la ubicación del restaurante, en el barrio de Viesques, un barrio de Gijón que no es céntrico (díganmelo a mí, que vivo en la otra punta, y tengo que usar mi supermoto para alcanzar a mis amigas para que no me lo coman todo), pero merece la pena porque estás en su sitio muy tranquilo. El precio de las comidas es asequible. Degustas en todo momento comida casera (¡ Y qué comida!), platos variados y muchos típicos de Asturias. Y el servicio, al fondo a la derecha, (éste es un chiste malo y muy socorrido, cuando lo que pretendo decir es que los camareros son muy atentos). 

Por dentro el restaurante está dividido en cuatro partes, sin contar el baño (¡y dale con el baño!). La parte de fuera  es una terraza (de ahí el nombre del sitio para los menos inteligentes), y la parte de dentro tiene servicio de bar, servicio de restaurante y en su interior tiene una salida que da a una terrazuca para sentarte después de comer o cenar y poder hacer la digestión con un cacharrito o chupito de jagermesteir (si lo que quieres son sensaciones fuertes). Evidentemente en las dos terrazas se puede fumar ( no me veréis volver a hacer publicidad del tabaco en este blog). 

El dueño del restaurante es un señor serio, pero como todo señor serio, es un profesional. En este caso de la cocina. Su nombre es Emilio Gutiérrez, que a estas alturas del post le llamaré don Emilio. 


Pues aquí es donde nos reunimos las amigas del Cole cuando nos quedamos para recordar los viejos tiempos. Y nos ponemos como auténticas Xatas*. No tengo comisión alguna por hablar del local en cuestión, pero sería muy feo por mi parte no decir que la comida es muy buena y que siempre que voy me encuentro como en casa. Os voy a poner algunos platos que hemos probado: 
SOLOMILLO CON BEICON Y MONTADITO DE PATATA (ESTE ES DE LOS MÍOS QUE SOY MÁS BIEN CARNÍVORA)
LUBINA AL HORNO CON ALMEJAS (SI  HASTA SE LE VE FELIZ A LA LUBINA)
MERLUZA A LA PLACHA (ESTE PESCAO ESTÁ MENOS FELIZ, LE HAN CORTAO).
RODABALLO A LA PLANCHA (ME ENCANTA EL NOMBRE DE ESTE PESCADO PARA UNA MASCOTA)


CALAMARES (RIQUÍSIMOS)
BOLETUS A LA PLANCHA
TARTA DE LA ABUELA BAÑADA EN CHOCOLATE  (SIN COMENTARIOS)

TORRIJA CON  HELADO DE CANELA (BUFF, BUFF).
COMO TRILEROS, A TRES BANDAS
Y nada más que decir. Creo que las imágenes hablan por sí solas. Antes de despedirme agradezco la colaboración de mi amiga Covi. Porque yo soy de las que como y como, y no me fijo en el nombre de lo que como. A mi que me echen lo que quieran que si está bueno, no pregunto como se llama. Como siempre me ha pasado hasta a la hora de buscar un buen marido.... Así que gracias amiga  por ayudarme con los nombres. 

**Xata: forma en la que se dirigen los asturianos para denominar a sus vacas.  









ROCIO

domingo, 2 de febrero de 2014

ALGUNAS COSAS BUENAS DE ROMPERSE EL PERONÉ

Por las mañanas ponen Friends en la tele y puedo verlo. Calculo que habré visto esa serie como seis veces y me sigue gustando tanto como la primera. Nunca se ha hecho ni se hará nada mejor. El otro día leí en Twitter que  todo lo que te puede ocurrir en la vida está reflejado en un capítulo de Friends. No diría yo que no.




Tengo tiempo para leer. Ahora estoy con el último libro de Isabel Allende “El juego de Ripper”. Es una novela de misterio sobre los participantes en un juego de rol que se dedican a resolver asesinatos reales. No me entusiasma demasiado. Me gusta mucho cómo escribe esta mujer pero coincido con mi amiga M. en que en su trayectoria literaria ha ido de más a menos. Su obra cumbre fue la primera, “La casa de los espíritus” y después ha ido empeorando progresivamente. Sin dejar de gustarme reconozco que no es lo mismo  aunque salvo de esta crítica “Paula”, el libro que le escribe a su hija mientras lucha contra una grave enfermedad. Tengo un ejemplar de la primera edición de “La casa de los espíritus”. Se lo regaló mi padre a mi madre hace años,  en 1981 creo, y yo lo he confiscado por el procedimiento del descuido  y me lo he quedado. No sé si tiene mucho valor pero puede que algún día lo tenga. Perdí la oportunidad hace unos años de que su autora me lo firmara. Debía haber aprovechado que estaba en Plasencia presentando “Inés del alma mía” pero cuando me acordé era demasiado tarde.


Tengo más tiempo para el blog. Ya. Lo sé. Hace más de una semana que no me asomo por aquí y eso que tengo más tiempo. El problema es que cuando una está la mayor parte del tiempo en casa y en reposo no tiene muchas vivencias o experiencias inspiradoras. Tengo a las musas aletargadas, igual que esto yo.

Veo a mi hijo irse y venir de la guarde. Me encanta, sobre todo la vuelta. Viene entusiasmado con una sonrisa de oreja a oreja y muy cariñoso. Me lo como a besos.


Estoy al tanto de toda la actualidad nacional e internacional. El caso Neymar, la rampa de la Infanta, la crisis matrimonial de Letizia, la subida del Euribor, las rebeliones de Kiev… Observo con estupor que la Merkel también anda con muletas. Qué bruto su médico que no le ha dado la baja. Lo de ella ha sido un accidente esquiando, que tiene mucho más glamour que romperse una pierna por meterla en un hoyo del asfalto. Claro que seguro que por donde ella camina no hay hoyos.


Puedo ver los magacines de la mañana de la tele. No me resultan demasiado interesante y sus presentadoras tampoco me convencen. Susana Griso tiene la voz demasiado engolada, Ana Rosa Quintana está mucho más vieja que en la portada de su revista y Mariló Montero simplemente me cae mal. Esto son tonterías mías sin fundamento, perdonadme.


    He tenido que rebuscar mucho en mi cabeza para encontrar estos argumentos favorables a estar así, con la pierna rota.  Cosas malas veo muchas más: Es una mierda tanta inactividad, me aburro mucho, me tienen que acompañar a todas partes, tengo a mis padres esclavizados, no puedo jugar con mi hijo, ducharse es complicadísimo, me tengo que pinchar heparina a  diario y ya tengo la barriga como un mapa, no puedo hacer planes chulos, me he perdido mi viaje a Italia… No sigo porque se me pone un nudo en la garganta.

   Dice mi madre que la culpa de todo la tengo yo, por negarme a comer las uvas esta Nochevieja pasada. No es bueno desafiar a la mala suerte y estoy pagando las consecuencias. Por si acaso y por si sirve de algo la rectificación, me las voy a comer hoy. Si golpeo con la muleta la lámpara de la habitación de mi hijo hace un sonido parecidísimo al reloj de la Puerta del Sol. Consigo imitar el carrillón (clanclanclanclanclanclan…), los cuartos (clanclan, clanclan, clanclan…) y las doce campanadas (clan, clan, clan…). O mejor busco en You Tube, que seguro que hay colgado algo de la Igartiburu o de Ramón García de algún fin de año. Me resultará más cómodo y sobre todo, menos patético.


   Menos mal que sólo me quedan dos meses de escayola y cuatro de muletas. 


ROSA