viernes, 31 de mayo de 2013

MADRES, HUEVOS Y OTRAS LINDEZAS


    Mi hijo sólo dice tres palabras: ebebé, a-pú y mamá. Que no digo yo que no debiera decir alguna más a estas alturas, pero yo me conformo porque para compensarme las dice muchas, muchas, muchas veces. Ebebé significa “bebé”, “niño” e incluso “adolescente”. Vamos, ser humano entre los 0 y los 16 años, más o menos. La palabra "ebebé" vale además para singular y para plural. Da lo mismo que sea un recién nacido en carricoche que hordas de chavales saliendo del instituto, mi hijo señala entusiasmado y grita: ¡¡¡Ebebé, ebebé!!!

    A-pú es su abuelo. Al que llama cuando llora porque su madre (servidora) le riñe. Un río de lágrimas y mocos implorando piedad y clemencia en sólo dos sílabas. A-pú, a-pú, a-pú. No tiene teatro ni nada, el tío.

   “Mamá” es, lógicamente, la palabra que más me gusta. La dice con mucha entonación: “Mamáaaaaa” cuando me llama para que le ponga a Pocoyó en el móvil, “¡Ma-má!” con los ojos y la boca muy abiertos cuando ve un ebebé, o "Mámmma", así en plan italiano, cuando quiere algo que todavía no he descubierto y mira que me esfuerzo. Es una palabra muy versátil porque le sirve para mí y para su abuela. Yo soy su mamá y eso mola un montón, pero ella es la mamá de mamá, o sea, mamá por partida doble. Tiene más graduación, más antigüedad y en el escalafón está mucho más arriba que yo. Resignación.

    Mi hijo no dice “papá” por razones obvias. Es un tío listo y sabe que esa palabra en nuestra casa está vacía de contenido. Si no entendéis a qué me refiero debéis buscar en las entradas antiguas el apartado “Lo mío” dentro del post “La importancia de ser madre”. Ahí se explica todo.

   Una de las cosas graciosas de ser madre es observarse a una misma para comprobar cómo te metamorfoseas en la tuya propia. Ayer el crío no quería comer (cenar, en realidad) y tenía fideos por el pelo, la ropa y, si me apuráis, hasta entre los dedos de los pies. Pues bien, justo cuando iba a hacer uso de la tercera parte de todo su vocabulario: “-Máaa....” me vengo arriba y digo: “-Ni má, ni mó!!! Abre la boca!”. ¡NI MÁ, NI MÓ!!! ¿Os dais cuenta? ¡ES UNA FRASE SUPERDEMADRE!!. Tras esta experiencia, de la que casi no me recupero, me paro a pensar y me asalta la gran duda: ¿Cuanto tiempo llevaba esto dentro de mí queriendo salir? Y voy más allá: ¿Cuándo llegará el feliz momento de utilizar las emblemáticas “Vas a ir caliente pa' la cama”, “Cuando seas madre  comerás huevos”  o “Te voy a machacar como a un pulpo”?. Qué ilusión. Tengo un repertorio extensísimo y unas ganas bárbaras.

    Ya termino, que sé que la delgada línea que separa una madre primeriza eufórica de una brasas del copón es muy fina. Para vuestra tranquilidad os diré que nunca me llegaron a machacar como a un pulpo aunque creo recordar que alguna vez sí que fui caliente pa' la cama ¿Sabéis qué? Que ahora mismo me voy a preparar unos huevos, que estoy en mi derecho. Con un par.

ROSA                                                                             

7 comentarios:

  1. La mía , con 7 meses se puede pasar el día diciendo ta ta ta ta ta... A saber que querrá decir... Rosa, un día igual nos sorprendemos con el " mientras vivas en esta casa..." Espero que sea dentro de mucho..

    Un beso

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  2. Yo ya he dicho por que lo digo yo...y ya he utilizado el cambio de genero ni sopa ni sopo ...

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  3. Que buena pinta los huevos!!...

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  4. Rouuuuse, ¿de verdad que te decían lo de machacarte como a un pulpo???, dios! y yo que te tenía catalogada como amigas conunainfanciarelativamentenormal! ¿porqué nunca me lo contaste? te habría ayudado, je, jee... Mi frase favorita repetida hasta la saciedad por mi madre cada vez que le pedía algo era: " y yo un coronel pero no me quiso él!" de esta manera entendía que no había forma de sacarle nada en aquel momento. Pues bien, ya tenía yo ganas de decir la famosa frasecita a los mios, esperé el momento adecuado,fué cuestión de años, meses...y zas!, la suelto!, menudo error!, lo que ocurrió a continuación no correspondía a lo previsto en mi cabeza, ante mi afirmación se sucedieron un montón de preguntas simultaneas, ¿qué es un coronel?, ¿porqué querías tener un coronel?, ¿para que sirve un coronel? al final les dí lo que querían para que me dejaran en paz con el puto coronel. De ahí saqué una gran conclusión: por mucho que nosotras nos convirtamos en nuestras madres, ellos son ellos, y todo parecido con nuestra realidad vivida es pura coincidencia!, besitoooo. Sandra

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  5. Y qué me decís del NO ME, NO ME, QUE TE, QUE TE???

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  6. Pues los huevos tienen su aquel... la puntilla.... la sal una vez hechos para que no deje marca..... y si los recalientas al microondas olvídate de la yema! Jijiji ... ah! y no frías antes en el mismo aceite empanadillas o croquetas que te dejan el huevo con pintitas negras.

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  7. Que bueno lo de NO ME, NO ME, QUE TE, QUE TE...
    Pablo un día me asesoras con un post sobre los huevos fritos.

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