El día doce de marzo me quitan la escayola. Me han advertido que ahí es
cuando empieza lo peor, que la rehabilitación duele mucho y que no voy a poder
andar sin muletas aún en mucho tiempo. Chachi. Mientras, tranquilidad y buenos
alimentos. Intento no pasarme mucho con la comida porque con tanto reposo
parece imposible no coger kilos pero realmente lo que me apetece cada día es
arrearme un buen cocido con mucho unte, ya sabéis a qué tipo de cocido me
refiero. No obstante ya digo que estoy bastante concienciada y me sacrifico. Menuda soy yo cuando me propongo algo.
Esto de estar con una pierna escayolada puede parecer, así a bote
pronto, el antiplán, pero si te lo montas bien puede ser bastante entretenido. Lo
que más entretiene, sin lugar a dudas, es tener un hijo de dos años y medio que
está aprendiendo a hablar. A mí me
habían dicho que los niños que tardan mucho en hablar pasan a hacerlo perfectamente,
con total corrección. JA! Mi hijo tiene
una media lengua de trapo imposible. Con tanto teteo y tanto ceceo no le
descifro y eso me frustra. Ahora sufro en mis propias carnes eso de la barrera
del idioma. Antes se comunicaba conmigo por gestos y era eficaz a la par que
divertido. Era como jugar a las películas a todas horas. Unas risas… Hay que
ver lo que discurría para pedirme algo. Incluso utilizaba para comunicarse un
juguete interactivo de esos que te enseñan las letras a través de palabras. Me
recordaba a Stephen Hopkins hablando a través de su máquina. Él pulsaba la letra Q y el aparato repetía:
QUESO, QUESO, QUESO. Venía ufano con su
Bebétablet cuando le apetecía un trozo
de Flor de Esgueva. Porque eso sí, mi hijo come poco, pero bueno. Manchego de
calidad, que el jodío me ha salido
sibarita.
También me entretengo leyendo mucho. He terminado un libro que tenía
pendiente desde hace tiempo. “Historia
del mundo contada para escépticos” de Juan Eslava Galán. Este autor, que
también escribió “La mula”, novela magistral
de la que han sacado recientemente la peli protagonizada por Mario Casas y
María Valverde, es un fiera cuando habla de Historia. No me quito el sombrero
porque no lo llevo. Yo ya había leído “Historia
de España contada para escépticos” y me había encantado. Te desmitifica
todos los grandes episodios de la Historia, te explica todo de una forma
divertidísima, con una sorna y una ironía muy bien traída y con mucho rigor
también. Lo recomiendo para todo el mundo, tanto si os gusta la Historia como
si no. Es fabuloso. Otros títulos que ha escrito son “Una historia de la guerra civil que no le va a gustar a nadie” e “Historia del catolicismo contada para
escépticos”. Seguro que fantásticos
también. Los pongo en “pendientes”.
Ahora estoy a medias con “El buen
hijo”. La novela con la que Ángeles González-Sinde quedó finalista del
Premio Planeta el año pasado. Me gusta. Me gusta mucho cómo escribe esta mujer
y fíjate que la tenía yo como un poco de manía, no me digáis por qué. En
ocasiones me pasa, que me cae alguien mal sin razón de peso alguna (Lady Gaga,
Mariló Montero, uno que presenta el tiempo en Antena 3…) Pero respecto al libro
os digo que me parece francamente bueno. Me está sorprendiendo gratamente, esa es
la verdad. De hecho, creo que es mejor que el que salió ganador.
También estoy viendo bastante cine. Cine español sobre todo. He visto la
ganadora del Goya de este año, “Vivir es
fácil con los ojos cerrados” de David Trueba. Muy tierna y emotiva. Javier
Cámara se sale. Imagino que ya habéis oído sobre qué trata: un profesor fan de John
Lennon que inicia un viaje con dos adolescentes para conocerle. La historia es
más compleja pero no voy a desvelar nada. Que nadie se la pierda. De la otra
gran nominada “La gran familia española”
no puedo decir lo mismo. Es entretenida pero no mucho más. No le llega a “Primos”, la anterior peli del mismo
director, Daniel Sánchez Arévalo (el reparto es casi coincidente también) ni a
la suela. Esa sí que me gustó.
Y como colofón “Frozen, el reino
del hielo”. Qué chulaaaaa. De todos es conocida mi afición por las
películas de animación y tenía unas ganas bárbaras de ver ésta. Chulísima de
verdad. Me encanta que a los de la Factoria Disney les salgan las protagonistas
cada vez más humanas. Graciosas, torponas, mortales en una palabra. Las
princesas Disney de antes eran taaan guapas, taaaan bondadosas y taaan etéreas
que no se las creía nadie. A esta película le pongo un nueve alto. El diez sólo
para “Enredados”.
Esta semana tengo dos
tareas que hacer. Ver “Brave (Indomable)”
y el cortometraje ganador del Goya “Cuerdas”
que me está llegando por todos lados como si una señal del destino se tratase.
Y así, despacito,
despacito, van pasando los días…
ROSA
Pero que partido le saca esta chica al arresto domiciliario... en el reposo, ya desescayolada puede ser la caña...
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