De nuevo mi amigo Jamie Oliver, (ya me gustaría a mi), me ha dado unas ideas fenomenales para aprovechar la
comida. Esta vez con el pan que sobra del día a día. Ese pan que
siempre acaba en la basura porque nadie quiere comerlo, porque está duro,
porque parece “chicle”, porque no cruje.
A mi me da mucha pena tirar la comida que sobra, por eso estas ideas que
leo me gusta contároslas, porque creo que son de lo más útil y nos ayudan a
ahorrar, teniendo en cuenta además que están los tiempos para ello.
Es cierto que
existen muchas recetas que utilizan pan duro. Por eso es bueno reservar ese pan
para utilizarlo como ingrediente esencial de nuestro próximo plato. Se me
ocurre utilizarlo para hacer un riquísimo salmorejo, unas suculentas sopas de
ajo, como acompañamiento a un puré o una sopa, tostadito con un poco de aceite,
como aderezo para ensaladas, unos increíbles picatostes o como unas simples
tostadas de mantequilla y mermelada para disfrutar de un buen desayuno. Hay miles de recetas pululando por internet, que se hacen con pan duro.
Podemos hacer
pan rallado casero. Os aseguro que hace que las comidas tenga una textura más
crujiente y exquisita que si utilizamos el pan rallado de compra. Se puede
rallar de diferentes formas tanto de manera fina como de manera gruesa,
dependiendo para que lo vayas a usar. Yo suelo rallar el pan que tiene ya
varios días porque está más duro y me resulta más fácil rallarlo. Lo dejo secar
un día en una bandeja y posteriormente lo guardo en un recipiente hermético
para usos posteriores. También podemos rallarlo junto con otros ingredientes para darle sabor, como ajo, perejil, lo que se nos ocurra.
Una idea
dentro del pan rallado, para hacer que por ejemplo las pechugas de pollo
rebozadas están muy crujientes, es utilizar o bien el pan rallado casero que os he comentado o bien
triturar los cereales Kelloggs de toda la vida, los que no tienen azúcar. ¡Probarlo alguna vez, no os defraudará!.
Si os gusta
hacer pan casero (que ya os enseñaré yo alguna receta), hay un truco muy
antiguo para hacer que el pan resultante este supercrujiente. En lugar de usar
harina, se usa pan duro rallado para espolvorear el fondo de una bandeja antes
de colocar la masa encima. Evita que se pegue y lo hace el doble de bueno.
Incluso
podemos darle algo de color y sabor a ese pan del día anterior. Podemos cortar
el pan en rodajas y mezclarlo con hierbas, ajo picado, especias, guindilla,
aceites especiales antes de tostarlos. Y si encima aprovechamos el calor del
horno que hemos utilizado para un buen guiso previo, tendremos ya el premio de
los super-ahorradores.
Yo últimamente
guardo todo en tarros herméticos. Y el pan no va a ser de menos. Suelo secar
del todo las rebanadas de pan de los días anteriores. Y si tengo el horno
encendido incluso les doy un toque de calor para que se doren un poco y se
sequen más aún si cabe. Después guardo las tostadas en un bote hermético y las
suelo usar en muchas cenas para untar desde patés hasta quesos. ¿A que ya nos vamos a pensar eso de tirar el pan del día anterior?.
ROCIO
Muy bueno rocio, eres de las mías no me gusta tirar nada.
ResponderEliminar