No me gusta la
Navidad. Vaya eso por delante. No me gustan las fiestas en las que te
obligan a pasártelo bien por decreto y la Navidad es el más claro
ejemplo de esto. Todos somos felices, todos estamos llenos de buenos
sentimientos, todos mostramos nuestro amor, mucho ji ji ji, mucho muá
muá muá... ¡Ja!. Y en abril puñaladas traperas. Este año, no
obstante, prometo esforzarme y fingir ilusión y entusiasmo hasta el infinito porque mi
hijo ya se va enterando de las cosas y creo que son unas fiestas para
los niños, en los que ellos sí que disfrutan. Pobrecito, él no tiene la culpa
de que su madre sea Ebenezer Scrooge, el personaje de “Un cuento de
Navidad” de Dickens.
La antesala de la
Navidad siempre es la cena de empresa. Tengo una amiga que trabaja en
una gran superficie comercial de origen francés (cuyo nombre
comienza por Carre y termina por four) que
me ha dicho que su cena es esta semana ya. Ni siquiera esperan al mes
de Diciembre. Puede parecer precipitado pero si piensas que llevan
vendiendo polvorones desde el día del Pilar, casi que lo ves normal.
En esas cenas pasan muchas cosas (yo recuerdo algunas gloriosas) y de casi todas se termina
arrepintiendo uno. Y es que el alcohol tiene un peligro... Uno
que se pasa y le dice al jefe cuatro verdades a la cara, otra que se
queda corta y se le ven las bragas y lo que no son las bragas, dos
que terminan enrollándose en el váter para sorpresa de unos y
cachondeo de todos... Un sinfín de acontecimientos. Al día
siguiente te mueres de vergüenza y le echas la culpa al chachachá.
No te queda otra.
Después
llegan las reuniones familiares. La Navidad es como la casa de Gran
Hermano, lo magnifica todo. Conozco varias personas condenadas a
juntarse con su familia (política o consanguínea) que antes
preferirían romperse un brazo. Hermanos con relaciones más
tormentosas que los de Pimpinela, primos que no pueden verse ni en
pintura... Lo que recomiendo es pasar de todo, concentrarse en el plato y darle duro al langostino sin escuchar lo que dice el matao de tu cuñao. Yo
paso de comidas especiales. Te gastas una pasta y encima engordas
tres kilos. Este año le he pedido a mi madre que el día de Navidad
haga cocido y en Nochevieja me parece el colmo del lujo cenar huevos
estrellados con muchas patatas fritas. Estoy pensando que no sé si
me libraré de engordar unos gramillos. Por cierto, para los que me
seguís habitualmente y sabés que estoy haciendo dieta: ya he
perdido cinco kilos. Aplausos y vítores.
Siguiendo
con mi espíritu antinavideño tampoco me gusta decorar la casa en
estas fechas. Ni espumillón, ni bolas ni gaitas. Me consta que mi
socia en esto del blog ya ha puesto el árbol en su casa. Alucino. Me
ha mandado una foto que sin su permiso voy a publicar. Muy mono y muy
elegante, pero estaréis conmigo que pelín adelantado. Yo me he
comprado (por el niño, todo por el niño) el portal de Belén de
Playmóbil. Todos los demás me parecen cursis. Viene con los
personajes habituales y un angelote, tres borreguitos, una hoguera y
una paloma que debe ser el Espíritu Santo. Lo que no trae es ningún
caganet, qué pena, con lo que me gustan a mí los caganets.
Estaréis
conmigo que el tema del momento es el anuncio de este año de la
lotería de Navidad. A estas alturas ya lo habréis visto todos.
Montserrat Caballe tiene mirada de psicópata y a Rafael no le caben
los dientes en la boca. Me dan mucho, mucho, mucho, miedito. Es verlo
y un escalofrío me recorre todo el cuerpo. Con deciros que al niño
no le dejo que lo vea. En todas las redes sociales se oye un único
clamor: Que vuelva el calvo.
www.youtube.com/watch?v=Iwk8-wDcaEc
www.youtube.com/watch?v=Iwk8-wDcaEc
Como
decía al principio, este año y los venideros prometo esforzarme un
montón y hacer que mi hijo disfrute a tope. Pasearemos por la ciudad
para ver la iluminación navideña (tanto en Gijón como en Cáceres),
le llevaremos la carta con la lista de regalos al paje real del Corte
Inglés, iremos a la cabalgata de Reyes y esa noche les pondremos en
casa anís, galletas y cebada para los camellos (coño, ¿dónde se
compra la cebada?). Esos son mis buenos propósitos navideños. Eso
sí, no pienso cantar ni un villancico. Hasta ahí podíamos llegar.
No soporto el momento ese en el que todo el mundo se pone en plan
yomerremendabayomerremendé y lo dan todo agarrados a una botella de
anís. A mí el único villancico que me gusta es éste:
www.youtube.com/watch?v=xbHI6nMsVHE
Advierto que es muy bonito pero tremendamente pegadizo. También
lo cantan juntos la calentorra de Maria Carey y Justin Bieber, pero como ambos me caen mal, me gusta más la versión de los Vázquez Brothers. No obstante,
también pongo el enlace y se lo dedico al parejo de Ro.
www.youtube.com/watch?v=fGFNmEOntFA
www.youtube.com/watch?v=fGFNmEOntFA
Os
deseo que disfrutéis, en la medida de lo posible, de esta Navidad.
Yo intentaré hacer lo mismo. A ver qué remedio.
ROSA
P.D. All I need for Christmas is you.
P.D. All I need for Christmas is you.
La navidades merecían la pena de pequeñas ehhh! Te acuerdas? (Otra vez los gordos), nuestra gran obra de teatro jiji.pero ahora puf.pero por los peques!!!, pondremos algo de...espíritu navideño jjjj.un besote.San.
ResponderEliminarSi se que vas a publicar mi árbol de navidad..hubiera quitado la bolsa, el cojín, el sofá, el cuadro... tienes un peligro...
ResponderEliminarLo mejor es el adelanto de las rebajas. Feliz Navidad y feliz resto del año!
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