Mi hijo empieza el jueves que viene a la guardería. Estoy... ¿cómo lo diría yo?... expectante. Es posible que lo viva en plan melodrama, con mucho teatro y mucha lágrima o que entre por la puerta sin alterarse, con total naturalidad y sin despedirse siquiera. Teniendo en cuenta como es él, la reacción puede ser cualquiera y creo que las dos cosas son frustrantes para la mamá angustiada y primeriza que soy. Mentira podrida: no soy una madre angustiada y haber trabajado siete años en un centro infantil me ayuda mucho porque sé perfectamente que cuando se cierra la puerta de la guarde y el papá o la mamá se van (con el corazón en un puño) los niños dejan de llorar y se ponen a jugar tan panchos. Lo he visto con mis propios ojos cientos de veces, palabra de honor.
Ayer los padres (en mi caso madre y abuelo) hicimos una visita al centro. Qué bonitos los baños con sus lavabitos y sus váteres chiquitines. Nos explicaron las normas, nos enseñaron las instalaciones y nos pusieron varias tareas. Tengo que hacerle fotos, marcar la ropa con su nombre, comprar una taza de plástico, una almohadita para que se eche la siesta y algo de material escolar. Es un reencuentro con la plastilina, la pintura de dedos, las ceras Manley, los plastidecores, las canciones infantiles... En una ocasión me contaba un amigo que su hija le había preguntado el significado de la palabra “marroña”. Él contestó que no significaba nada, que esa palabra no existía. La niña insistía en que tenía que existir puesto que en clase cantaban una canción en la que se decía esa palabra. El padre extrañado le pidió que se la cantara y ella entonó: “Ya llegó el otoño marroña_marillooooo” No me digáis que no es una anécdota enternecedora.
Todo el mundo me asegura que los niños en la guarde espabilan mucho. A lo mejor es psicosis mía pero entre líneas leo “que al tuyo buena falta le hace”. Si estáis de acuerdo con esa afirmación, sabed que no me simpatizáis. Vale que mi hijo aún lleva pañal (raro es el niño que no los lleva con dos años recién cumplidos), vale que no come solo y vale que no habla nada de nada, pero es el más rápido escalando y controla la bici que te mueres. A lo mejor de mayor suspende las mates y la lengua, pero en gimnasia fijo que me trae un sobresaliente. En la guarde también les dan notas, ojo. Los niños de mi amiga E. suspendieron el primer año una asignatura que se llama “Pasar las hojas de una en una”. No estaban muy frustrados porque esa asignatura es de las marías. Seguro que “Controlar esfínteres” y “No salirse al colorear” son mucho más importantes, dónde va a parar.
Bueno, pues eso. Que empezamos una etapa nueva con muchos nervios. El tiempo pasa volando así que dentro de poco me contará orgulloso que ya le han pasado de lápiz a boli o que le gusta una chica. Advertidas estáis las que os arriméis a mi hijo: voy a ser una suegra muuuuy mala. Seré acaparadora, meticona y posesiva. Luego no me digáis que no avisé.
Por cierto, ¿alguien sabe un remedio realmente eficaz para prevenir los piojos? Me dan un miedo...
ROSA
je,je,je...Tu amiga E.
ResponderEliminarP.D. Para prevenir los piojos el vinagre es lo más efectivo pero como entren en tu casa es muy difícil erradicarlos, en mi casa estuvieron durante mes y medio, incluso nos los llevamos de vacaciones...
El peque se hace mayor.san
ResponderEliminarEl mejor remedio es el de mi anuncio favorito:
ResponderEliminar"Teeeeengo piooojos! Con Neoxitrin voy a conseguiiir, el desalojo del pioojooo.."
Perdón, es Neositrin.
ResponderEliminarhttp://www.youtube.com/watch?v=4mPFs_qCcZw