Hemos enviado al cuñado de Rocío al concierto de Mark Knopfler como comentarista, para que nos hiciera la crónica para el blog. Nos hubiera encantado poder pagarle la entrada al menos, pero no pudo ser. La culpa es de la crisis, que nos está matando. No podemos gastar ni bromas. Gracias Pablete, un beso grande.
"El
pasado lunes 29 aterrizó en el Patio de la Laboral un gran referente musical,
Mark Knopfler. Es la tercera vez
que nos visita, la primera con Dire Straits en 1992 y las otras dos como solista, en 1996 y 2013. No hay que olvidar que en 2012 también pudimos
disfrutar con parte de su banda, The Straits, en el Teatro Jovellanos. En esta
ocasión vino acompañado de su fiel escudero, Alan Clark, quien en su día
también colaboró con Bruce Springsteen, y de Richard Bennet, Glenn Worf, Mike
McGoldrick, Ian Thomas y John McCusker, para presentar su último disco "Privateering". Fue una noche de mezcla de folk,
country y rock, en la que no faltaron éxitos de su época con los Dire Straits
como "Telegraph Road" o "Romeo and Juliet". De su repertorio
actual sonaron temas como "I used to could", "What it is", "Corned beef city" o "Privateering". De sus anteriores discos instrumentales también nos ofreció "Going home".

Al
igual que yo, mucha gente se enganchó a ese “llorar de guitarra” como yo lo
llamo, que te entra hasta las entrañas, te las remueve, te las purga, y sale de
ellas dejándote como si acabases de salir de fábrica. Tuvo con los Dire Straits
unos años apoteósicos, raro es quien no haya bailado alguna vez el Twisting by the pool, por ejemplo, ¿no?
Cuando mejor parecían estar, nos dan la noticia de que se van a tomar un
“respiro” y que mientras tanto, Mark Knopfler iba a intentar una carrera en
solitario, como para hacer tiempo… aunque bien es cierto que ya estaba haciendo
sus bandas sonoras de películas como Cal, Local Hero o La princesa prometida.
Comienza a colaborar con músicos del folk americano, con mayor o menor fortuna.
Pasan los años, la vuelta de los Dire Straits parece que nunca llega, y Mark
Knopfler no se cansa de sacar y sacar discos, de hecho edita más discos en
solitario que con su antigua banda, pero no con la pegada que tenía antes. Está
claro que entre tantas canciones, alguna hay que nos recuerda a su pasado y que
son dignas de una estrella como él, pero otras creo que quedaron en el olvido
al día siguiente de salir el disco a la venta. Esta etapa, que aún no acabó, ya
que dura hasta nuestros días, hizo que yo pusiese mis oídos en otras bandas,
buscando influencias diferentes, y claro que las encontré, con lo que también
siguió ejerciendo una influencia positiva en mí.
Para mi gusto, el
concierto de ayer fue espejo de toda esta última trayectoria. Para empezar,
dijo que tocaría dos horas si la gente estaba animada y se quedó en hora y tres
cuartos, como si fuese culpa de la gente el animarse más o menos. Ya sabemos
que viene a presentar un disco, y que nos esperamos un repertorio acorde a eso,
con algún otro tema de anteriores discos en solitario, pero no nos engañemos,
la mayoría íbamos a lo que íbamos, a escuchar algunas de las canciones de
siempre, y creo que en hora y tres cuartos da tiempo a tocar más de dos, y si
estiras hasta las dos horas ya te da tiempo a tocar cuatro. No me lo creí
cuando vi encenderse las luces blancas anunciando el final del concierto, pensé
que era una broma. También tengo que decir que me recorrí todos los puntos
posibles del concierto, estuve en segunda fila, en mitad, atrás del todo y en
los laterales. El Patio de la Laboral tiene un problema de acústica, ya que
hace que los sonidos reboten varias veces en las paredes y llegan a mezclarse
una y otra vez entre sí mismos. Ayer parece que intentaron una solución para
evitar esos ecos, que fue bajar el volumen del sonido, ¿resultado? El resultado
fue que si estabas atrás, se escuchaba muy bajito, no te llegaba, se difuminaba.
He de reconocer que salí un poco a
disgusto en general, pero solo un poco, la calidad de su música es
indiscutible, y aunque no toque lo que uno quiera, toda su música es una
caricia para los oídos… ese llorar de guitarra…


De
cualquier modo, me siento fatal dando zapatillazos a este gurú de la música,
con lo que tengo que terminar diciendo
que estoy deseando volver a verlo, que su música es eterna, con lo que
la seguiré escuchando de por vida, y que gracias por haber venido. Hasta
pronto, Sultán."
Pues discrepo.
ResponderEliminar(ahhhh el humor!)
Muy buena critica pablo..como se nota que eres mas q un.fan de este hombre. Gracias por la cronica. Un diez!
ResponderEliminarhe de decir que no soy fan de los dire straits aunque hay muchas canciones suyas que me gustan mucho, y en general puedo escuchar su musica con gusto. no es comparable y no se pueden comparar los conciertos de bruce y de mark pero a mi siempre me ha parecido lo que mi pandilla denomina "legend of tristor" osea un triste, lo que no quita que sea un genio. pero mucha gente que ha ido al concierto ha salido un poco decepcionada del mismo, no solo por la corta duracion del mismo sino tambien un poco por la actitud del mismo.
ResponderEliminarfirma: el pitufo maquinero
Sabía que llevar tantos años esa cinta en la cabeza no podía ser bueno para su salud capilar...
ResponderEliminar--Ted Nugent--
Hay un error evidente en el post:
ResponderEliminarel de la tercera foto no es Mark Knopfler... Es evidente que es el misterioso simpatizante de Rosa !!! Doy fe.
Sí. Reconozco que elegí esa foto a propósito.
EliminarPenoso sonido... En la mitad del recinto apenas se oía su voz y su guitarra,y de lejos. Me fuí de allí con un fatal sabor de boca y eso que me subí desde Valladolid para verlo. Una pena,porque dudo mucho que repita otro bolo o con él,o en la Laboral visto lo visto.
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