viernes, 9 de agosto de 2013

EN OCASIONES VEO BODAS

   Me considero la  Miss Scrunch (Scrooge) de las bodas. Creo que con este post voy levantar un poco de polémica, y estoy segura que a  algún/a  novio/a con vistas a casarse  no le va a gustar lo  más mínimo lo que voy a escribir, pero es mi opinión personal y esto no dista para que me  consideréis a partir de ahora persona "non grata" en vuestras ceremonias. La cuestión es que tampoco me gusta planchar y lo tengo que hacer, y al final en las dos situaciones voy a tener la satisfacción plena de haber hecho un buen trabajo, y hacer lo contrario me abocaría al fracaso absoluto.
   No cabe duda que soy una romántica empedernida, y me gusta todo lo que tenga relación con el amor. Ya sean  películas, series, un libro, una historia de amor real e incluso por qué no, algunas  bodas. Pero lo que no me gusta es la exaltación del amor, es decir, no me gusta ni el día de San Valentín, ni los hombres pegajosos y demasiado cariñosos, ni aquel programa que echaban en la tele llamado "Lo que necesitas es amor" y se me ponen los pelos como escarpias cuando   Anne Igartiburu  dice aquello de "Hola Corazones". Tampoco me gustan ciertas formas de nuestra cultura occidental  de celebrar el sagrado sacramento del matrimonio.
  Este post comenzó siendo de asesoramiento Beauty, para comentaros ideas sobre el estilismo que hay que llevar en las bodas. Pero según iba escribiendo  me parecía todo tan "ñoño" que no hacía más que borrar frases y volver a empezar, hasta que me dí cuenta que conmigo no van estas cosas y por eso me faltaba la inspiración para poder completar aunque sólo fuera una frase. Por este motivo cambié la idea del post de hoy para explicaros las razones del por qué no me gustan las bodas.
EL AMOR EN LA PREHISTORIA
¿¿¡¡¡SÍ QUIERO!!!??
   Ya lo decía  Lucía Echevarría en su libro "Ya no sufro por amor", ( abro paréntesis para decir que se trata de un buen libro, pero que a día de hoy la autora ha perdido para mí toda la credibilidad del mundo al enrolarse en una aventura televisiva con Jaime Ostos y demás tropa), que nos han educado en una cultura en que el amor se idealiza hasta unos límites insospechados. Desde pequeñas muchas de nosotras éramos fans número uno de las princesas de los cuentos de Disney, donde el final solo era feliz si la princesa se casaba con el príncipe. Me planteo qué hubiera pasado si Cenicienta le hubiera dicho al príncipe Enrique "Gracias por recuperar  mi zapato, qué disgusto  tuve cuando lo perdí. Me voy de farra con mi amiga Chari a lucirlos. Lo siento no me quiero casar contigo tan pronto, soy muy joven. Me queda taaanto por vivir". Creo que nuestra infancia y posterior madurez hubiera sido bien diferente.
Y FUERON FELICES Y COMIERON PERDICES... PARA QUIEN LE GUSTEN, CLARO

CON ESTA CARACOLA OIGO EL SONIDO DEL MAR

   Cierto es que si idealizamos el amor, idealizamos todo lo que tenga que ver con él, como el día de nuestra  boda. Estoy de acuerdo con hacer algún tipo de celebración, para declarar oficialmente que me uno a una persona y hacer partícipes de esta buena nueva a familiares y amigos. Pero lo que no va conmigo y creo que es por cuestión de pereza,  porque lo concibo como un derroche exagerado y por verlo como una banalidad, es todo lo que conlleva la organización de una boda. Empiezo a pensar..., primero hay que elegir un vestido  que encima  cuesta un pastón y si queremos un vestido bonito aunque sea sencillo, contar como mínimo con más de mil euros, por debajo de ese precio no encontraremos nada decente. Me parece un robo gastar tanto para lucirlo un sólo día y luego tenerlo guardado en el baúl de los recuerdos. Además esos vestidos tan personalizados es imposible que le valgan a otra novia, y sería pecado que la novia llevara un vestido de segundo mano, porque hay que estrenar ese día, si no no me caso. Luego preparar todo lo relacionado con la novia, el peinado, el maquillaje, complementos, el ramo,(dinero, dinero, dinero). Luego ponerse con los invitados, éste si, éste no, si invito a éste a éste también, no podemos juntar a estos en la misma mesa porque se llevan mal. Luego elegir restaurante, los distintos platos que se van a servir, la tarta nupcial, (dinero, dinero, dinero), si quieres pompas de jabón en el baile, si quieres confettis , si quieres la llegada de la tarta a través de una mesa robotizada,  (más dinero), elegir la iglesia donde casarme, que por desgracia también es dinero, las flores para adornar la iglesia, (dinero), si quieres música en la misa,  los regalos para los invitados,  el viaje de luna de miel (éste si que me gusta aunque también suponga un gasto), preparativos varios para los invitados que vienen de fuera, organizar buses para subir a los participantes al evento, (dinero). ... y así un sinfín de despropósitos. Y seguro que se me olvida algo.

ESTA BODA ME DA PEREZA
    Lo de ir de invitada es otra historia. Que si compro un vestido, que si la peluquería, que si el maquillaje, que si los zapatos, (como norma  general me gusta bastante poco cómo se arreglan las mujeres para ir de boda), que si el regalo, que si la boda es lejos de donde vives y te tienes que trasladar, que si buscar un hotel donde alojarse porque la casa de la novia ya está ocupada por la familia, que si la despedida, que si ahora las despedidas molan más si las haces fuera de tu provincia, etc. Luego una vez en la boda te pasas   todo el día  comiendo sin parar, como si se acabara el mundo, hasta que llega la hora del baile final donde siguen ofreciéndote comida, y ya tienes una tremenda ampolla en el dedo del pie provocada por los tacones que llevas puestos, la barriga hinchada de hacer mal la digestión , el  moño ya deshecho y el pelo colgando a la altura de los hombros realizando movimientos en zig zag, y el maquillaje a esas alturas destrozado y mezclado con la laca que poco a poco se ha ido mezclando con el mismo. Pero sales igualmente a bailar, para no ser la tonta que está en la mesa a la espera que salga el primer bus para ir a casa, descansar y echar todo el aire acumulado en  el interior de tu cuerpo.  ¿Y no pensáis que las bodas son un negocio?. Tiene cosas buenas celebrar una boda, la organización de estos eventos no deja de reportar dinero a los que viven de esto, restaurantes, floristerías, peluquerías, etc y eso es bueno para nuestra economía. También que puedes pasar unos ratos felices con tus amigas o tus primos que hace muchos años que no ves y que si no fuera por estos eventos no sería posible reunirte con ellos.
ESTA BODA ESTOY SEGURA QUE ME GUSTARÍA
   En fin ya os dije que era un poco la Miss Scrunch (Scrooge) de las bodas. La gente que me conoce sabe que el día que yo me case voy a hacer la "NO BODA". Básicamente consistirá en  casarnos por lo civil sin que nadie se entere y posteriormente  reunir a todos nuestros amigos para hacer una especie de macro comida,  lo que en Asturias se llama espicha. Las únicas condiciones que se pondrán para asistir serán: que vaya el que quiera y vestidos como les de la gana, y que nadie traiga regalos, solo que aporten un plato de comida para ponerlo en común y así disfrutar todos de todo. De hecho yo quería llevar el vestido de mi amiga Rebe, que gustosamente me lo ha cedido para tan día señalado, y mi npm últimamente me ha comentado que quiere ponerse una camisa hawaiana...
   Respeto las distintas formas que tenga la gente de celebrar sus bodas, al fin y al cabo cada uno hace de su capa un sayo, pero sigo pensando que todo me parecen PAPARRUCHAS, como diría el mítico Mr Scrunch.
COLORÍN COLORADO ESTE CUENTO SE HA ACABADO...

 ROCIO

4 comentarios:

  1. lo de las bodas ya se sabe, aparte de ser el dia de la novia, es un gran negocio. pero bueno, quien somos nosotros para quitar tan bonitas costumbres? ademas hay gente que le encanta y parece ser que son mayoria. como diria un buen amigo mio. a la boda, veti tu.

    ResponderEliminar
  2. Estás levantando un falso testimonio, supongo que alimentado por las editoriales de la competencia: Lucía Etxebarría no ha estado en ningún reality con Jaime Ostos. Infundios. Calumnias malintencionadas. Amarillismo de la peor clase que quiere hacer daño a la premio planeta.

    ...Ha estado en la tele con el hijo, Jacobo Ostos Junior.

    Seamos serios, no cuesta nada.

    ResponderEliminar
  3. Pues a mi la opción espicha también es la que más me gusta :)
    En un par de semanas estamos cumpliendo años señorita
    Mua!

    ResponderEliminar
  4. Cuenta con el vestido de tu amiga...aunque dicen las malas lenguas que es un desastre y que lo metió en una caja sin no se que invento para que no amarillee...así que no sabemos que color puede tener ahora....Beso

    ResponderEliminar