jueves, 12 de septiembre de 2013

MANÍAS TENEMOS TODOS

No me gusta que me hablen mientras mastican chicle. Me parece de mala educación y poco higiénico. ¿Por qué está aceptado socialmente que se coma chicle mientras se habla y no tortilla de patatas, por ejemplo? Para mí es lo mismo. 

No me gusta la impuntualidad de la gente con excusas baratas. Mi tiempo vale tanto como el tuyo y a mí también me gustaría aprovechar el rato que tú me haces perder para hacer mis cosas. ¿Por qué aceptamos que en el médico hay que esperar y lo hacemos sin rechistar?

         No me gusta el ruido estridente de los tubos de escape en las motos de los niñatos. Me molesta tanto o más que los que hacen botellón en la calle. Si yo tuviera que legislar al respecto, ibais a ver qué multas.

     No me gusta que se diga que los hijos únicos son egoístas y malcriados. Un estigma con el que he vivido toda mi vida y contra el que he luchado a brazo partido. No siempre es cierto. Conozco hijos de familias numerosas caprichosos y consentidos  y otros que no tienen hermanos y son generosos y bien educados. Depende del criterio y del sentido común de los padres. Dicen los que me conocen que no parezco hija única, que parezco de piara. Me halaga.

         No me gusta que los hombres lleven camiseta de tirantes y sobaco al aire. Será manía mía, pero no me gusta. Encima los que las usan suelen llevar las axilas sin depilar, claro y... buff. Es posible que alguno de vosotros haya tenido un pasado chacho y os encante esa indumentaria, pero a mí me parece lo peor. No lo llevo, no lo llevo.  




    
No me gustan los tatuajes ni los piercings. Llamadme clásica, pero no van conmigo en absoluto e incluso me dan un poco de repelús. Mi amiga V. se ha hecho uno en el tobillo. Se trata de una brujita muy mona montada en su escoba y rodeada de estrellitas. Siempre que la miro me parece que ha pisado una baldosa floja y se ha salpicado de barro. Que me perdone pero cuando seamos unas venerables ancianas y compartamos habitación en una residencia de ancianos, me seguiré riendo de su ocurrencia. Lo de los piercings ya va pasando de moda. Menos mal. 


    No me gustan los tíos chuletas que tratan con poco respeto a los empleados públicos porque “pagan su sueldo”. Suelen llevar camisetas de tirantes, tatuajes y mastican chicle cuando hablan, pero esto es un topicazo que no debía haber mencionado.

    No me gusta que me hagan fotos. Y cada vez lo llevo peor. No me siento cómoda, no sé cómo posar y me parece que siempre salgo horrible. Si sonrío, mal. Si me pongo seria, peor. Quizás deba hacer terapia para superar esto. (*)

     Hasta aquí las manías confesables de hoy que me pongo en plan hostil y no me gusto. ¿El siguiente?


ROSA


            (*) Como la excepción confirma la regla, esta foto que nos hicieron a Roci y a mí este verano me encanta. Tiene un poco de fotochof, sí, pero nada importante. Alisamos un poquito los poros aquí, unificamos el tono allá, quitamos alguna arruguilla incipiente... Un pequeño lifting que no hace daño a nadie. 


5 comentarios:

  1. Me encantais,la foto muy buena!!! respecto tus no me gusta, tengo una imagen que me aprece en forma de pesadilla recurrente muchas noches, os cuento: estoy en una cena de gala, las mesas montadas, las luces, música de fondo, todo glamourín, pues bueno, empiezan a llegar los comensales, mi mesa muy variopinta, diferentes nacionalidades, en esto una chica con vestido de negro de noche, largo, de tirantes,peinada con un recogido en la nuca, pendientes de strass largos, no era un bellezón pero sí esbelta y agradable, pues ella, se me acerca para presentarse, dispuesta a darme la mano cuando....HORROOOOOOR!!! sobaco peludo negro azabache, parecían un par de oricios ahi debajo puestos!!!, era alemana sí!, pero el shock no me lo quitó nadie, Rouse, tienes que entender que después de ésto ver aun tío con camiseta de tirantes y sin depilar ni fú, ni fá...tengo el listón del espanto muy alto! je, jeeeeee...

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    1. Pues tienes razón. La gente con mucho mundo como tú ha visto tantas cosas que un sobaquete masculino no le causa ninguna impresión. Si son manías... No me hagáis ni caso.
      Me ha encantado la metáfora de los oricios. Lo que me he reído.

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  2. Yo me pase varios años de Universidad con una compañera hippie que tenía muchos pelos en el sobaco. Y cuando llegaba la primavera-verano era horrible verla, sobre todo cuando levantaba la mano en clase para expresar sus opiniones, porque a la par de hippie era una chica muy habladora.

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  3. je, jeee!!!, qué putada!, hippie y habladora!!!
    Rouse entonce:,¿gente de mucho mundo sirve también para cuándo uno no va al mundo sino que el mundo viene a ti???, me mola!

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  4. Que quede constancia que esta foto es la que me ha hecho entrar ¡por fin en vuestro blog!. Y chicas tengo que felicitaros, y desearos que sigais encontrando el tiempo suficiente para dedicarnos estos artículos tan entretenidos. Gracias por hacerme pasar un ratín tan entretenido, no dejaré de visitaros.

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