No me gusta que me hablen mientras mastican chicle.
Me parece de mala educación y poco higiénico. ¿Por qué está aceptado
socialmente que se coma chicle mientras se habla y no tortilla de patatas, por
ejemplo? Para mí es lo mismo.
No me gusta la impuntualidad de la gente con excusas
baratas. Mi tiempo vale tanto como el tuyo y a mí también me gustaría
aprovechar el rato que tú me haces perder para hacer mis cosas. ¿Por qué
aceptamos que en el médico hay que esperar y lo hacemos sin rechistar?
No me gusta el ruido estridente de los tubos de
escape en las motos de los niñatos. Me molesta tanto o más que los que hacen
botellón en la calle. Si yo tuviera que legislar al respecto, ibais a ver qué multas.
No me gusta que se diga que los hijos únicos son
egoístas y malcriados. Un estigma con el que he vivido toda mi vida y contra el
que he luchado a brazo partido. No siempre es cierto. Conozco hijos de familias
numerosas caprichosos y consentidos y
otros que no tienen hermanos y son generosos y bien educados. Depende del
criterio y del sentido común de los padres. Dicen los que me conocen que no
parezco hija única, que parezco de piara. Me halaga.
No me gusta que los hombres lleven camiseta de
tirantes y sobaco al aire. Será manía mía, pero no me gusta. Encima los que las
usan suelen llevar las axilas sin depilar, claro y... buff. Es posible que
alguno de vosotros haya tenido un pasado chacho y os encante esa indumentaria,
pero a mí me parece lo peor. No lo llevo, no lo llevo.
No me gustan los tatuajes ni los piercings. Llamadme
clásica, pero no van conmigo en absoluto e incluso me dan un poco de repelús. Mi amiga V. se ha hecho uno en el
tobillo. Se trata de una brujita muy mona montada en su escoba y rodeada de
estrellitas. Siempre que la miro me parece que ha pisado una baldosa floja y se
ha salpicado de barro. Que me perdone pero cuando seamos unas venerables
ancianas y compartamos habitación en una residencia de ancianos, me seguiré
riendo de su ocurrencia. Lo de los piercings ya va pasando de moda. Menos mal.
No me gustan los tíos chuletas que tratan con poco
respeto a los empleados públicos porque “pagan su sueldo”. Suelen llevar
camisetas de tirantes, tatuajes y mastican chicle cuando hablan, pero esto es
un topicazo que no debía haber mencionado.
No me gusta que me hagan fotos. Y cada vez lo llevo
peor. No me siento cómoda, no sé cómo posar y me parece que siempre salgo
horrible. Si sonrío, mal. Si me pongo seria, peor. Quizás deba hacer terapia
para superar esto. (*)
Hasta aquí las manías confesables de hoy que me pongo en plan hostil y no me gusto. ¿El siguiente?
ROSA
(*)
Como la excepción confirma la regla, esta foto que nos hicieron a Roci y a mí
este verano me encanta. Tiene un poco de fotochof, sí, pero nada importante.
Alisamos un poquito los poros aquí, unificamos el tono allá, quitamos alguna
arruguilla incipiente... Un pequeño lifting que no hace daño a nadie.
Me encantais,la foto muy buena!!! respecto tus no me gusta, tengo una imagen que me aprece en forma de pesadilla recurrente muchas noches, os cuento: estoy en una cena de gala, las mesas montadas, las luces, música de fondo, todo glamourín, pues bueno, empiezan a llegar los comensales, mi mesa muy variopinta, diferentes nacionalidades, en esto una chica con vestido de negro de noche, largo, de tirantes,peinada con un recogido en la nuca, pendientes de strass largos, no era un bellezón pero sí esbelta y agradable, pues ella, se me acerca para presentarse, dispuesta a darme la mano cuando....HORROOOOOOR!!! sobaco peludo negro azabache, parecían un par de oricios ahi debajo puestos!!!, era alemana sí!, pero el shock no me lo quitó nadie, Rouse, tienes que entender que después de ésto ver aun tío con camiseta de tirantes y sin depilar ni fú, ni fá...tengo el listón del espanto muy alto! je, jeeeeee...
ResponderEliminarPues tienes razón. La gente con mucho mundo como tú ha visto tantas cosas que un sobaquete masculino no le causa ninguna impresión. Si son manías... No me hagáis ni caso.
EliminarMe ha encantado la metáfora de los oricios. Lo que me he reído.
Yo me pase varios años de Universidad con una compañera hippie que tenía muchos pelos en el sobaco. Y cuando llegaba la primavera-verano era horrible verla, sobre todo cuando levantaba la mano en clase para expresar sus opiniones, porque a la par de hippie era una chica muy habladora.
ResponderEliminarje, jeee!!!, qué putada!, hippie y habladora!!!
ResponderEliminarRouse entonce:,¿gente de mucho mundo sirve también para cuándo uno no va al mundo sino que el mundo viene a ti???, me mola!
Que quede constancia que esta foto es la que me ha hecho entrar ¡por fin en vuestro blog!. Y chicas tengo que felicitaros, y desearos que sigais encontrando el tiempo suficiente para dedicarnos estos artículos tan entretenidos. Gracias por hacerme pasar un ratín tan entretenido, no dejaré de visitaros.
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