viernes, 18 de octubre de 2013

ALGUNAS COSAS QUE HE APRENDIDO CON EL TRANSCURSO DEL TIEMPO

    La madurez, qué buen tema. A veces se necesita tropezar una y otra vez en la misma piedra para caer del guindo, pero bien está si al final se aprende. Pido disculpas antes de empezar porque son reflexiones personales dispersas e inconexas. Como mis neuronas hoy.

   Si realmente no quieres que algo se sepa, cállate. Está demostrado que casi nadie sabe guardar secretos y es prácticamente imposible que no haya filtraciones. A uno se le escapa sin querer, otra se lo dice sólo sólo sólo a su marido, otra dice eso de “Te lo cuento pero tú haz como que no sabías nada”... O mejor aún: “Sé una cosa y no te la puedo decir porque es alto secreto. Yo no te la digo, pero te doy unas pistas y lo adivinas tú”.¿A que tengo razón? La información es poder y a todos nos gusta sentirnos poderosos.



   No pasa nada si te duchas estando con la regla. ¡Y tampoco si comes naranjas! Había (o hay) un tabú con eso... Las mujeres de antes siempre se lavaban por parroquias en “esos días”. Parece ser que si te duchabas o te bañabas en el mar o en la piscina te pasaban cosas horribles como que te quedabas subnormal, estéril o ciega. ¡Ah, no! Lo de la ceguera era para los chicos y era por otra cosa.

   Es muy fácil aconsejar sobre la educación de los hijos....cuando no los tienes. Y aquí entono el mea culpa. Yo también lo hacía. Se da una cuenta de muchas cosas cuando eres madre. Tampoco vale aconsejar a una madre desesperada porque su hijo no come cuando los tuyos comen como leones ¿eh? O sobre rutinas para dormir cuando el tuyo es un lirón desde que nació. Lista, que eres muy lista.

   Vivir engorda. El transcurso del tiempo y la buena vida te hacen coger peso. Espeluznante pero cierto. También puedes elegir la opción de estar siempre a dieta, no beber alcohol, hacer mucho deporte y mucho sacrificio. Entonces no engordas, pero eso ni es vida ni es ná.

   El mejor regalo para un niño siempre es el más sencillo. Evidentemente hablo de niños pequeños, que cuando crecen bien que se van sofisticando en gustos y caprichos. Pero con los más canijos siempre pasa lo mismo. Te gastas una pasta en un juguete supereducativo, monísimo, carísimo y adecuadísimo para su edad y se pasan horas jugando con la caja. ¿Sabéis con qué he triunfado siempre a la hora de hacer un regalín a un niño? Con una linterna. Es el regalo estrella y no cuesta más de cinco euros.

   Los hombres nunca encuentran nada. Aunque lo que busquen lo tengan delante de sus narices. Luego te levantas tú y ahí está, como dicen en Cáceres, bien presentero. El otro día leí que no es que nosotras encontremos las cosas antes, es que las cosas se acojonan cuando ven que una mujer las busca y salen solas de su escondite. Qué bueno. 
 
   Si no es para agradar, mejor será callar. Ya lo dijo el gran Manolo García: “Si lo que vas a decir no es más bello que el silencio, no lo vayas a decir” Otra cosa es que tú me pidas mi opinión sincera, entonces te digo la verdad aunque no te guste. Pero si no me has preguntado no te diré que no te favorece tu nuevo corte de pelo o que no me gusta la ropa que llevas. Es un cuestión de educación y yo soy una chica educadísima, ya lo he dicho alguna vez. Una excepción: Cuando hay mucha, mucha, pero que mucha confianza. Si es así se permite que le digas a alguien, por ejemplo,  que está horrible si lleva camisa de manga corta con chaleco. Pero ya digo, sólo si hay mucha confianza.


  También he descubierto con el devenir de los años otras cosas de suma importancia, como que la Nutella está más rica que la Nocilla o que siempre que se comen espinacas se quedan restos entre los dientes. Y el otro día alguien me abrió los ojos y me hizo ver que “Boletus son amores y no buenas intenciones”. Sabias palabras. 

ROSA

1 comentario:

  1. Que chulo el post , me ha hecho mucha gracia el tema de que los hombres no encuentran nada, yo creo que nosotras tenemos vista periférica a la hora de buscar las cosas y ellos solo miran de manera frontal, en fin resignación con eso.......Y respecto a los niños doy fe, mi peque encantado con dos cucharillas de cafe y dos tazas, y yo venga a comprar playmobil....

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