miércoles, 9 de octubre de 2013

PERAS Y MANZANAS

            Ayer me llevé una gran sorpresa. Una de mis amigas nos ha contado al resto del grupo que tiene novia. Tras el shock inicial he reflexionado y sé que ha sido una grata sorpresa. Digamos que hasta hoy no había tenido demasiada suerte en el amor (circunstancia que se da en varias de mis amigas, por otra parte) y ahora está feliz y tremendamente enamorada. Me alegro muchísimo por ella y le he deseado lo mejor en su relación, que es lo que se merece. También he sido honesta y le he dicho que la noticia me ha pillado fuera de juego. Sería absurdo decir lo contrario.

            Cuento entre mis amigos a varios gays y alguna lesbiana en una proporción bastante desequilibrada. ¿Es que las chicas son menos valientes a la hora de reconocer su homosexualidad o es que realmente se da menos esa circunstancia entre ellas? Todos ellos lo viven de forma discreta porque no quieren tener problemas con sus trabajos o sus familias. Qué pena. Qué fácil sería que todo el mundo entendiera que lo importante es quererse y que da igual de qué forma. Una vez oí a Moncho Borrajo decir que a la gente hay que juzgarla de cintura para arriba que es donde están el cerebro y el corazón, no de cintura para abajo. Qué gran verdad. Quiero a mis amigos por la forma en que se portan conmigo y muchas otras razones, pero no les quiero más o menos por según con quién se acuesten.

            Rocío y yo estamos preparando un post (otro) sobre las cosas que nos gustan y las que nos desagradan. Yo tenía apuntado que me resulta agradable ver besarse en público a parejas de homosexuales. Aquí hay dos razones: la primera es que me gustan las muestras de cariño en público, vengan de quien vengan y la segunda que hay un componente de valentía en esos besos, un componente de nadar contracorriente, de luchar contra el “qué dirán” y de vivir su vida como les da la gana. Lo que me gusta menos, aunque tengo que reconocer que no deja de ser divertido, es la puesta en escena y el desmadre que se monta todos los años con el tema del día del Orgullo gay. Creo que se desmelenan demasiado celebrando el día de “la patrona” como ellos le llaman, pero que levante la mano quien no se haya desmadrado alguna vez bajo los efectos del alcohol, sobre una carroza y vestido con taparrabos y lentejuelas.

    Poco a poco están consiguiendo su espacio y ya forman parte de la sociedad de una forma que merece todo el respeto, como no puede ser de otra forma. Ya pueden casarse (una ley que no perjudicó a nadie y que benefició a mucha gente) y ya no sólo forman parte del mundo del artisteo (y de Tele5), sino que hay ilustres personajes entre jueces, periodistas, políticos y deportistas que han “salido del armario”. Parece ser que Epi y Blas también lo han hecho y se espera que en cualquier momento lo hagan Bob Esponja y Patricio. Bromas aparte, insisto en lo que he dicho antes: Que lo importante es ser feliz y que cada uno debe buscar su felicidad, que me gusta que se mezclen las peras y las manzanas  y que les deseo a mi amiga y su novia muchos años de felicidad juntas.

            Y si se casan y comen perdices, mejor que mejor.


ROSA

           P.D. Ayer también me enteré de que otra de mis amigas ha sido mamá. Esto no me ha pillado por sorpresa porque veníamos observando que le crecía la barriga de forma inusitada y que estaba cada vez más guapa. Bienvenida al mundo, canija. Te esperábamos ansiosos. 




2 comentarios:

  1. Pues sí Rosa, cada día nos vamos acostumbrando y metiendo en nuestras vidas a personas que quieren a personas y aunque no me atraiga mi mismo sexo, sé que hay mujeres que me vendrían de perlas a la hora de entendernos...lástima que no me sirvan para cosas íntimas.

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  2. Yo pienso que la gente está más acostumbrada a ver una pareja de chico que de chica, o es lo que yo tambien veo en la tele. El contarlo o no tambien viene con la persona. Imagino que cuando se da el paso, es por que quieres compartilo con algunas personas, aunque sea aun circulo pequeño.

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