miércoles, 30 de octubre de 2013

TRISTES DÍAS PARA LA MINERÍA

Es extraño cuando el dolor de los demás lo sientes como propio, aunque ni siquiera alcances a concebir la amargura del que realmente lo padece. 
No estamos preparados para el adiós de un ser querido, siempre lo he pensado. Algo tan natural como es la muerte y tan antinatural como su realidad. Ningún catálogo de la vida nos enseña como enfrentarla y mucho menos cuando aparece de manera tan repentina. 
Queremos sumarnos en el apoyo a las familias de los mineros fallecidos el Lunes 28 de Octubre, en el pozo minero Emilio del Valle, en la localidad leonesa de Llombera de Gordón. 
Las historias de la mina han sido una constante tanto en mi familia como en la de Rosa. Yo nací en un pueblo minero donde la mayor parte de los habitantes más longevos, y ahora sus descendientes, trabajaron y trabajan  arrancando el negro carbón. Nuestros abuelos también fueron mineros. Cuando sucede una tragedia como la del pasado Lunes, en la localidad donde nací y donde tenemos residiendo a la mayor parte de nuestra gente, nos sentimos más que nunca unidas a estas familias. Siento el día a día de estos valientes, que se enfrentan a la oscuridad profunda de sus trabajos. No alcanzo a comprender de que están hechos estos hombres que bajan a tantos metros de profundidad, para picar ese negro mineral que les da sustento a sus vidas, pero que irremediablemente a veces también se la quita.

Estos días he visto el dolor  reflejado en la cara de la gente que se agolpaba a la salida del pozo minero. Impotencia, incomprensión, tristeza, rabia. No puedo imaginar que se siente cuando un ser querido se aleja de tu vida de esta manera tan fugaz. Algunos de los mineros desaparecidos eran conocidos de nuestras familias, por eso también los sentimientos de desolación se han vivido en nuestras casas.
Creo que no hay palabras para el consuelo. Son momentos de duelo y desesperanza. Sólo nos queda permanecer a su lado, aunque sea en la distancia, de pensamiento y de corazón.

Estos días  más que nunca, estamos con los mineros y con sus familias.



ROCIO












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