sábado, 7 de diciembre de 2013

PERDONEN LAS DISCULPAS

    Pues primero fue porque salí el jueves a cenar por ahí con mis amigas. No fue una farra desmedida, de esas de HÚ-HÁ! y bragas por la cabeza, pero tuvo su aquel . Una cena rica, un postre mejor y una botella de Carmelo Rodero de las que se hacen querer.  Al día siguiente no madrugué. Mi churumbel me dejó dormir hasta las diez y después de los quehaceres domésticos, nos surgió un asunto ineludible. A saber: La abuela de mi hijo y por añadidura mi madre le regaló a mi único hijo y también por añadidura su único nieto, la granja maletín de Playmóbil. Como todo lo de Playmóbil es preciosa.

Tiene gatitos, conejos, palomas, caballos, cerditos… Lo que no tiene es perro, cosa que me intriga tremendamente ¿Cómo se les ha podido olvidar? ¿Cuándo se ha visto una granja sin perro? Nos encantó el regalo pero claro, había que montar la cerca, guardar los gochines dentro, meter los conejos en las conejeras, poner los sombreros a los granjeros y a los granjeritos, colocar el saco de cereal, el heno y las alpacas en el desván de la granja (doblado o sobrado en las casas extremeñas), hacer un huerto con las lechugas, las coliflores y las zanahorias… Un trabajo… Ocupadísimos, estuvimos ocupadísimos. A eso de las doce, cuando más enfrascados estábamos, me puse un poco revuelta del estómago. Aunque se me pasó enseguida, el dolor me mantuvo inoperativa durante un rato. Conste aquí. Después llegó la hora de comer, después la siesta, después la merienda… A las cinco recibimos la visita de una amiga y tomamos café con pastas. Muy ricas.  A eso de las seis y media salimos a dar un paseo para contemplar la iluminación navideña de Gijón. No he mencionado que estoy pasando unos días de vacaciones por aquí.

   Paseo de Begoña, Calle Corrida (no os podéis imaginar la de explicaciones que tengo que dar yo en Cáceres con el nombre de esta calle), Moros, Plaza del Instituto, Menéndez Valdés, Plazuela San Miguel y calle Uría. Ese fue el recorrido. La iluminación está chula pero la encontré un poco más sobria que el año pasado y el anterior. O eso me parece a mí. Después regresamos a casa y empezamos con las rutinas habituales: el baño, la cena, una peli de Winnie the Poo emocionantísima… En fin, que se me pasó el día volando. 

ÁRBOL  DE LA PLAZA DEL INSTITUTO
PAPÁ NOEL GIGANTE DE LA CALLE CORRIDA


   Pues por todas esas razones, todas de vital importancia como podéis comprobar, NO PUDE PUBLICAR POST AYER. No tenía nada preparado y ni tiempo ni arte para improvisar algo. Creí que nadie se daría cuenta, que mi ausencia no se notaría, pero hubo quien me dio toques de atención y quien me regañó directamente. Me inquieta y halaga a partes iguales. A los lectores que me echaron de menos, a mis incondicionales (que alguno tengo), sólo puedo decirles que lo siento y que no tengo argumentos de peso para excusarme. En lugar de sentarme delante del ordenador y ponerme a trabajar, le dediqué el día a hacer el vago. A dormir,  a jugar con el crío, a pasear por la ciudad…

   Ustedes me perdonarán el egoísmo.


ROSA



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