
Tengo un sentido del
humor pelín ácido que no todo el mundo entiende. El humor negro me
parece un recurso magnífico en según qué ocasiones. A veces soy
borde. Hablo mucho pero por la mañana temprano no tengo la
cabeza para ruidos y entro en un mutismo propio de un monje tibetano.
Se me pasa a eso de las nueve. Siempre creo que tengo razón.
Siempre. Tengo poca paciencia. No me gustan los sudokus ni los
crucigramas. Los puzzles sí. Si como cebolla me muero de asco, si
como chocolate me muero de gusto. Me encantan los niños. Soy una
maestra frustrada. Me fascina disfrazarme. Creo que el día que más
guapa me sentí en mi vida fue en una fiesta pirata. Odio que me saquen fotos. Siempre salgo mal (véase el ejemplo). Tengo fobia a
las agujas y me mareo si veo cómo me hacen un análisis de sangre.
Mi fondo de armario es monótono y si algo me gusta o creo que me
favorece me lo pongo hasta hartarme. La obsesión de esta temporada
son unas botas color cámel que sí, lo sé, me quedan algo grandes.
Soy una manazas y eso me frustra. Dibujo bien, canto mal. Soy muy seca en
mis afirmaciones. Dice mi madre que más que hablar, sentencio. Yo
creo que soy diplomática, pero parece ser que no. Algunos de mis
amigos, en cambio, dicen que soy una bienqueda. Me joroba que me
controlen y que me hagan muchas preguntas. Tengo alma acomodaticia y
no soy nada, nada ambiciosa. Me joden los apenaos, los pobres de
espíritu, los flojos. No soy expresiva en el cariño, pero a los
niños me los como a besos. Tengo el pelo muy rizado y con la humedad se me pone hecho un chozo, a medio camino entre un pelocho y la pantera rosa
cuando sale de la secadora. En el colegio me llamaban “pelo de
estropajo”. Soy rubia pero no tonta porque realmente son mechas. Lo
primero que te llama la atención cuando me ves por primera vez es
que soy muy grande. No sólo alta, sino grande. Me gusta cuando mi "simpatizante" me dice que soy una mujer rotunda. Lucho por usar una
talla 40, pero a nada que me descuido me planto en la 42. Tengo el
culo plano y las rodillas espantosas, jamás las enseño. Me adapto
fácilmente a cualquier medio menos al campestre. Soy completamente
urbana. Sólo consigo ahorrar si pienso en un fin concreto,
normalmente algún viaje. De lo que más presumo es de mis amigos. Es inevitable, son los mejores. Me entusiasma hacer planes. Soy organizada,
ordenada y limpia. Y no, no tengo abuela. No soy preocupona ni pesimista. Todo es color de rosa en los mundos de Rosa. Me creo inmortal, eso me
ayuda a no tener miedo. Siempre creo que las cosas malas le pasan a
los demás y eso me da mucha seguridad. Creo que no conocí el
amor verdadero hasta que fui madre. Moriría por él.
A veces no me soporto
aunque la mayoría me encanto.
Virgo, 41. Carnet B2.
Nivel medio de inglés hablado y escrito. Disponibilidad para viajar.
ROSA