lunes, 25 de noviembre de 2013

NOS VAMOS DE GASTROTURISMO: REAL BALNEARIO DE SALINAS

Queda inaugurada una nueva sección del blog denominada  " Nos vamos de gastroturismo". En ella tenemos la intención de dar a conocer nuestra humilde opinión de los restaurantes que visitaremos tanto en Asturias como en Cáceres (las dos ciudades en las que residimos las co-autoras del blog), y  de cualquier otra localidad que surja. Para ello contaremos con la ayuda de cualquier persona que se anime a darnos su opinión, (ya sabéis que este blog es de todos), pero en concreto contaremos con el exquisito paladar de mi cuñado, que a parte de ser el chef por excelencia de nuestra casa, el chaval tiene mucha afición por el arte gastronómico. Visitaremos lugares de distintos niveles, cocina tradicional, cocina sofisticada, cocina asequible para cualquier bolsillo e incluso cocina de alto standing, y procuraremos ser lo más objetivos posible para ofreceros una información de primera mano,  con sus cosas buenas o incluso sus cosas malas, que también las habrá, digo yo.

 Nuestra primer post ha sido elaborado por nuestro colaborar especial, mi cuñado Pablo,  que  nos ofrece los manjares y primeras impresiones de su visita al   Real Balneario de Salinas, en Asturias. 

Hola a todos, me he dado el capricho de deleitarme con una buena comida, y la gerencia del Blog ha tenido a bien que pueda compartir esta experiencia con sus lectores. He ido acompañado de un amigo a comer al Real Balneario de Salinas. Nos atendió el camarero, y dadas nuestras dudas a la hora de elegir nuestro menú, llamó al jefe de cocina, Isaac Loya, en la foto junto a su padre, Miguel Loya, propietario del restaurante, que nos sugirió una mezcla de menú degustación normal con menú degustación japonés. Ambos nos saludaron y conversaron con nosotros de un modo muy amable, aunque el Sr. Miguel es un poco cachondillo!, entre plato y plato se acercaba a nuestra mesa con sonrisa guasona y nos soltaba algún chascarrillo divertido. 
Este fue nuestro menú, me tenéis que perdonar ya que del primer plato no saqué foto porque me pudo la emoción. Estábamos sentados al lado de un enorme ventanal, a pie de playa, y la foto del mar os aseguro que fue hecha desde mi misma silla. No pasé frío, el local estaba muy bien acondicionado.

Vistas desde mi mesa:


Primer plato, Sashimi de salmonete con salsa ácida de naranja. De este no saqué foto, esta es la más parecida que encontré en internet.

Segundo, Makis variados.

Tercero, Niguiris de pescados del Cantábrico, lubina, virrey y atún.

Cuarto, Niguiri de panco o tartar de atún rojo.
Quinto, Verduras de Loira.

Sexto, Pasta fresca con bogavante a la plancha.

Séptimo, Montadito de setas, foie, yema y piñones.

Octavo, Merluza sobre marmita.
Noveno, Solomillo de ternera a baja temperatura.
Décimo, Torrija con helado de vainilla.
Undécimo, Copa de tocinillo de cielo y leche merengada
Duodécimo, Una cajita en la que venían dos bombones y dos gominolas… se podían haber estirado más! 
Y para rematar, la "dolorosísima"! Sí, 263 euros, ufff


Explicar cada plato sería un quiero y no puedo, más que nada porque cada uno lleva unos matices difíciles de identificar. Estaba todo tremendamente rico y fresco, el servicio excepcional. El otro servicio, el del baño, no tanto, parecía de una sidrería normal. Por sacar alguna pega, la pasta del bogavante estaba un poco apelmazada, y hubo demasiado pescado, agradecí el melladoncito de solomillo.
Fue un pequeño capricho que me he permitido, y uno más de los no muchos que me he dado en el ámbito culinario. Por decir algún nombre de algún otro sitio visitado y reconocido a nivel mundial, puedo mencionar el Fifteen de Jamie Oliver, El Celler de Can Roca (mejor restaurante del 2013), … y luego alguno de nuestra localidad como Las Delicias, La Solana.. y bueno, creo que todos los demás ya no llegan a esa categoría, al menos en cuanto a la factura final.
Quedé encantado de la experiencia y ya estoy pensando cual será mi siguiente objetivo. Creo que por ahora será el Diverxo, de Madrid, que hace poco recibía su tercera Estrella Michelín, con una cocina excepcional y tan provocativa como su chef, David Muñoz, de tan solo 33 años.


PABLO

Pues hasta aquí la crónica del Chef Pablo. Lo cierto es que a mí este tipo de comida no me gusta nada, me refiero a la comida japonesa. Y puedo hablar con uso de razón puesto que no es la primera vez que intento comer pescado crudo, y la consecuencia es la misma, su tacto en la boca  no es una experiencia gratificante para mí y mi paladar. En próximas crónicas nos deleitaremos con otro restaurante más: la opinión del pueblo es la que vale. 

ROCIO

No hay comentarios:

Publicar un comentario