Pues sí.
Otra más para la comunidad blogger. Ya lo decía una gran amiga mía, “Estás perfectamente cualificada
para crear un blog. Te has puesto mechas californianas, y eso es un punto a tu
favor. ¿Qué blogger de moda no las trae?” Y esto dicho en tono
irónico. Lo que no sabe ella es que es un blog un tanto especial, porque lo
comparto con una amiga también muy especial.
Y lo es,
sí que lo es. Me la impusieron nada más nacer, sin preguntar, de esas cosas en
la vida que no buscas y te vienen impuestas. A mi hermana y a ella. Llevamos
treinta y cinco años juntas y espero que sea así por mucho tiempo. Lo de juntas
es mucho decir, teniendo en cuenta que ella vive en Cáceres y yo en Gijón, pero
no siempre la distancia se mide en kilómetros. Nosotras estamos juntas,
requetejuntas.
Fue la
primera persona que me enseñó la magia de los libros (los cuentos de Celia…),
la que me regalo su más preciada “mariquita”, (que mona era con todos sus
vestiditos), la que me dijo que ya no se llevaban los estuches de tela o
plástico en el colegio, que lo que molaba ahora eran los estuches
metálicos, la que se inventaba los juegos para que mi hermana y yo nos
divirtiéramos, la que me dio muy buenos consejos aunque no me gustara oírlos, y
la que me dejo recuerdos imborrables de ratos a su lado.
Es
muy sincera. A veces te toca la fibra porque te suelta como un jarro de
agua fría lo que ella piensa, sin dobleces ni falsedades, a bocajarro. Y lo
manazas que es la Rosa… eso llevaría un capítulo aparte, porque torpe es un
rato. Pero qué gracia y juego nos da su torpeza, torpeza física que no
mental, que en esto es un diez. Nunca la he visto triste, ni llorando… miento,
sí que la vi llorando (qué puñetera es la depresión postparto), pero era
una imagen tan inusual en ella que nos echamos a reír. El otro día me
dijo que con esto del blog nos iba a llover alguna que otra crítica. Lo dijo riendo,
tranquila, mientras que yo me eché a temblar. Ella siempre es positiva, siempre
optimista y segura de sí misma...
Estoy
encantada de haberla conocido y de que nada más nacer me la impusieran
como amiga. Yo nunca hubiera elegido tan bien.
Espero que pasemos buenos ratos las dos juntas con este blog, yo lo tengo tan claro!!
Rocio.
(...)
Me ha dicho Rocío que haga una introducción del blog, tipo “Yo tenía una granja en África...”, y que luego la presente. Así va el juego: Ella me presenta a mí y yo a ella. Contando lo bueno y lo malo. Se nos va a ver el plumero porque nos queremos mucho y eso va a edulcorar la realidad. Pero así va a ser todo el blog: Nosotras decimos lo que nos salga de dentro y el que lo lea que le quite azúcar, le ponga sal o lo aliñe como quiera. Toooodo el mundo me ha hecho las dos mismas preguntas: ¿De qué va el blog? Y ¿por qué se llama así? A la primera no sé exactamente qué contestar, la verdad. De todo un poco y de mucho nada. Tocaremos temas de moda, cocina, opinión, niños, relaciones, viajes … Así, en plan muy de andar por casa. Pa' los amigos. Pa' pasar el rato. La segunda pregunta tiene una respuesta más concreta: El blog se llama así por la relación que nos une. Me explico: Nuestras madres son amigas íntimas desde que se casaron y nosotras nos hemos criado juntas por esa razón. Tienen canal de comunicación abierto constante entre ellas y la frase “No se lo digas a tu madre que se lo dice a la mía” ha sido frecuente entre nosotras. Nuestras madres (y también nuestros padres, pero de distinta manera) marcan muy de cerca nuestro día a día. Las adoramos y las sufrimos, las necesitamos y nos agobian, según el momento. A ellas dedicamos este blog porque son muchísimos más los momentos en los que las adoramos y las necesitamos que los que las sufrimos y nos agobian y porque sin ellas no seríamos como somos ni por asomo. Os queremos mamis.
Y así introduzco el blog...
“Yo tengo una amiga en Gijón...”

Divertida y cariñosa, trabajadora y comprometida, cocinillas y hacendosa, presumida y estilosa, protestona, infantil y leal hasta la muerte. Así es Rocío, la enana, que no me toca nada y es mi hermana.*
Rosa.
* Parafraseando al gran Sabina.