jueves, 6 de marzo de 2014

LOS MÍOS: LOS ME GUSTAN Y NO ME GUSTAN

Pues aquí tomando el relevo a mi amiga "la cojita" en esto de los "me gustan" y "no me gustan". Cada vez tengo más cosas que no me gustan y eso me hace dudar si me estará volviendo una huraña, una protestona (siempre lo fui), o me estoy haciendo mayor. Pero ahí van los míos de esta temporada: 

ME GUSTAN...

1. Los helados tropicales y exóticos. Muy pocas veces me veréis pedir un helado de vainilla, de nata o de chocolate (que también los pido), pero si veo muchos sabores y muchos colorines suelo pedir éstos antes que los otros. Me chifla el mango,  (y no penséis mal),sandía, frutas del bosque, el maracuyá, y el ukelele (uy! esto no debe ser un sabor...). Y si encima el helado es de color azul o de muchos colores, el famoso arcoiris, me tiro sin dudarlo al mostrador y le digo al dependiente: "éste, éste, éste y otra bola de este otro rojo". Acabo de leer lo que he escrito y creo que todavía no he madurado mucho, ¿verdad?.
2. La ropa de temporada. Sobre todo cuando la temporada es Primavera- Verano. Ese olor a ropa nueva, fresquita, recién sacada del laboratorio de Trafaluc. Me encanta. La esquinita esa que queda en la tienda de ropa rebajada me parece fea, oscura y triste. Estos días estoy como loca en las tiendas.
ESTA ESQUINITA ES LA QUE NO ME GUSTA
3. Ver de vez en cuando los vídeos y fotos que tengo de mi sobrina.  Incluso cuando tengo un mal día solo me lo salva verla en fotos o en los vídeos que tengo guardados de ella. El último que le grabé lo voy viendo ya unas cuantas veces y siempre me saca una sonrisa.
4. Los pijamas con la cintura muy apretadita. Os parecerá una tontería, pero a mi se me escapa mucho el frío por la cintura. Y siempre tiendo a comprar pijamas que me opriman esa parte del cuerpo. No soporto los pijamas flojos o de estilo masculino, o los camisones o ropa de cama muy holgada. Si me metiera en la cama de esa guisa, tardaría muchísimo en dormirme... y al día siguiente tendría un resfriado como la copa de un pino.
DÓNDE VAS ALMA CÁNDIDA...




NO ME GUSTAN...
1. Los zapatos que te ponen cuando vas a jugar a los bolos (o bowling). Por mucho spray que te echen para que no huelan, siguen siendo de otros, y de otros , y de otros, y de gente incluso que ya no está con nosotros. Yo no sé, pero las pocas veces que fui a jugar a los bolos estaba más pendiente de los zapatos que de las bolas. Así me fue la partida... que no daba una.
2. Las que tienen un blog y solo ponen los títulos de los posts en inglés. Por qué cuando estrenan un vestido rojo y sacan la foto de turno, luego al  elaborar el post lo titulan "Red Dress". ¡¡Que falta de orgullo patrio!! Ahora que lo pienso.... el título de hoy si fuera LIKES & DISLIKES, no estaría mal, ¿no?. 
3.Que me respiren al lado. Tengo muchas manías, lo sé. Y luego soy capaz de limpiar porquerías, vomitonas y derivados..., pero que me respiren cerca no lo soporto. Mi npm que lo sabe no para de soplarme. Cuando me descuido noto un leve ráfaga de viento en el oído y al girarme y ver que es él (con todo su morro), acabo de los pelos y subiéndome al sofá en actitud desafiante. Hace poco me paso en las oficinas de  la Seguridad Social, me senté delante de un señor que emitía un sonido muy raro cuando respiraba y de vez en cuando me venía una oleada de su respiración. Como no me acrediten un problema pulmonar o algo parecido no doy tregua a mi reacción.  Un show. 
VALE DOS COSAS QUE ME GUSTAN: AMAR Y NO RESPIRAR
MIRA QUE TRANQUILA SE LA VE


4. La laca: No me gusta el olor de la laca. No me gusta que efecto hace en mi pelo, ni en el pelo de muchas mujeres. Ya de pequeña cuando mi madre se echaba laca en el pelo huía cual alma que lleva el diablo. Y hoy en día empiezo a estornudar como una poseída cuando alguien se echa laca a mi lado y me entra el olor por la nariz. El otro día mi peluquera me insufló laca por confusión (y sabe que no me gusta), y al llegar a casa me tuve que volver a lavar  el pelo. Yo no habría triunfado en la época de Grease.
5. Las mujeres vestidas de boda. Normalmente el día de la boda de "alguien" las mujeres solemos intentar ponernos lo más guapas posible. Es una ocasión para desplegar todas nuestras artes de belleza y ponernos un vestido espectacular, puesto que en muy pocas ocasiones podremos vestirnos con lentejuelas, brillos, pamelas o tocados. Pues bien, en general no me gusta como van las mujeres en las bodas. Me gusta la sencillez y resulta que en muchas ocasiones la sencillez brilla por su ausencia en este tipo de ceremonias. Tal vez sea por mi obsesión por la laca, pero no me gusta los peinados que se hacen algunas chicas, con esos tocados, y tirabuzones o esos minisombreritos que se ponen en la cabeza. Hay que tener mucho estilo para que esas cosas te queden bien. Luego esos vestidos que se ponen algunas sacados del baúl de la Piquer, los taconazos mal llevados de otra, los fulares horripilantes que tratan de combinar con su minibolsito comprado en los chinos (que conste que yo también he comprado bolsitos de esos en los chinos). Todo eso trae resultados nefastos. Un día, en una boda mi npm me dijo al oído:" No hay peor cosa que una mujer vestida para una boda". Y no le falta razón.

ROCIO

lunes, 3 de marzo de 2014

ME GUSTA/NO ME GUSTA UNA VEZ MÁS. Y YA VAN TRES.

   Nuevas aportaciones a la lista  de Me gusta/no me gusta con la que tanto éxito hemos tenido  y que tantas y tantas satisfacciones ha dado a los lectores de este blog. Exagerada? Tal vez, pero sólo un poco.

ME GUSTA

   Los teleoperadores que te tratan con naturalidad, sin protocolos absurdos y tratamientos obsoletos. No quiero que me llamen Doña Rosa, no quiero que utilicen conmigo fórmulas comerciales absurdas ni protocolos anticuados. Sólo quiero información clara y concisa y rapidez en los procesos. Y por supuesto que no me llamen a la hora de la siesta! Cuando me encuentro alguien eficiente, eficaz y atento me embarga la emoción hasta límites insospechados. Ingrid de Orange, chapeau! 



   La nueva versión de los Looney Tunes.  En Clan todos los días a eso de las dos o dos y media de la tarde. El pato Lucas y Bugs Bunny comparten casa. El conejo vive de los royalties del pelador de zanahorias que ha inventado y el pato simplemente le parasita, vive a su costa echándole mucho morro. Ambos tienen pareja con sus idas y venidas. En el último capítulo que vi era Porky quien buscaba novia. “No te preocupes – le dijo Lucas – yo te buscaré una cerda como dios manda.” Buenísimo. 



   Ver salir a los niños del colegio que hay al lado de mi casa. Me gusta cuando salen todos con sus uniformes iguales que da gloria verlos. Cuando yo era pequeña y mi padre iba a buscarme al cole tenía muchas dificultades para localizarme. Más de una vez me fui sola para casa porque no llegábamos a encontrarnos. Entiendo que es una empresa difícil distinguir a un niño entre hordas de ellos todos idénticos. Lo comparo con las láminas de ¿Dónde esta Wally?. Cuando mi hijo vaya al colegio le voy a poner un chaleco reflectante. Decidido. 


   Rascarme la pierna escayolada con un plastidecor negro y comprobar que se me está desintegrando la piel. Escamas, escamas y escamas. Un asco, lo sé, pero me gusta.
  

NO ME GUSTA

   Las señoras mayores que achuchan los mofletes de los niños con fuerza. Que sí, que sí, que mi niño es muy rico y todo lo que usted quiera pero un poco de contención, señora! Mi hijo está sufriendo en sus carnes lo que yo sufrí en las mías hace cuarenta años. Después de los pellizcos carrilleros siempre, siempre vienen los besos de metralleta. ¿A él también le pincharán con el bigotillo?

   Que mi hijo sea tan tímido. La timidez no es buena. La gente tímida sufre. Y mi hijo más porque, cuando sea mayor, seguro que le avergüenzo con este desparpajo y salero que dios me ha dado. Pobrecico.

   Mancharme la ropa cuando como. O pingarme como decimos en Asturias. Esto que parece de Perogrullo no lo es tanto porque yo me mancho una de cada tres veces que me siento a la mesa y esa estadística es cuanto menos inquietante. Mi simpatizante dice que soy muy “cotelosa” . Quiero pensar que esa palabra significa que soy tremendamente atractiva pero por el contexto creo que la cosa no va por ahí. Ayer, sin ir más lejos, me hice una mancha de salsa de albóndigas que parecía mismamente África. Igual, igual.

ESA NO SOY YO. Y SÉ LO QUE ESTÁIS PENSANDO


   Angelina Jolie. Me gusta su espíritu maternal, siempre con sus hijos a cuestas pero hay algo oscuro en ella que me perturba. No sé, no sé. Oye, por cierto ¿es cosa mía o su marido se está poniendo fondón? Brad, por favor, dime que no te estás dejando.
  


ROSA
  

   

jueves, 27 de febrero de 2014

PERSONAS ESPECIALES PERO NO DIFERENTES

   Hace unos días leí en Facebook cómo la madre de una niña con autismo se lamentaba de la actitud de un grupo de personas cuando su hija actuaba públicamente en un festival del colegio.  No me imagino el enorme esfuerzo que tanto para ella como para sus padres supondría esta actuación pública. Esfuerzo y a la vez ilusión. Un paso más. Pero la ignorancia , traducida en risas y burlas, y el “no saber estar” de ciertas madres  bañó de negatividad lo que se supondría que  iba a ser un día especial.

En los planes de estudio faltan muchas asignaturas que nos enseñen a comportarnos en determinadas situaciones y a tratar y convivir con personas diferentes. Quiero pensar que la reacción de burla que sufrió esa niña en su actuación fue por ignorancia y desconocimiento por parte de esas personas, no por mala leche o mala intención. Y si no fuera así desde aquí las maldigo.


Cuando yo iba al colegio había en nuestra clase una niña que nunca se relacionaba con las demás, una niña que no participaba en las actividades escolares y que cuando le tocaba leer se quedaba callada. Como todas éramos pequeñas e inocentes nunca le dimos importancia a su actitud, ni nunca nos preguntamos por qué, cuando le tocaba a ella decir la lección, las profesoras se saltaban su pupitre y se dirigían a otra compañera de clase. Me acuerdo que una vez leyó. Y por una extraña razón todas las demás alumnas empezamos a aplaudir. Un acto instintivo. Al día siguiente nuestra compañera no asistió a clase y la tutora nos dijo que agradecía nuestra iniciativa del día anterior, pero que si volvía a ocurrir no volviéramos a aplaudir , que era mejor para ella que actuáramos con normalidad ante cualquier logro que hiciera. Ahí quedó la anécdota. Nunca me pregunté el porqué de esa enseñanza, pero siempre me quedaron grabadas las palabras de nuestra profesora.

Muchos años después en el instituto había un chico que no se relacionaba con los demás. Me acuerdo que sacaba muy buenas notas, y que era muy inteligente. Cuando salíamos al recreo todos íbamos con nuestro grupo de amigos mientras él caminaba sólo con las manos agarradas atrás y daba vueltas al patio hasta la hora de volver a clase. Lo peor de todo es que en esta época de la adolescencia en la que estamos cegados por la estupidez y la sinvergüenza, le habíamos puesto un mote al chico y nos reíamos de él. No me acuerdo del mismo, pero me imagino que  era un mote muy poco afortunado.
Con los años me he dado cuenta que esa gente era especial. Estoy segura que tendrían algún problema de aprendizaje, algún síndrome relacionado con el autismo o simplemente problemas en su entorno familiar o algún trauma de la infancia.  Nadie nos enseñó cómo tratar a esos compañeros, cómo entender mejor "su mundo" y cómo hacerles partícipes del nuestro. Entiendo que la integración es absolutamente necesaria aunque también imagino que tremendamente difícil. Sólo cuando nos toca de cerca ciertas cosas es cuando nos damos cuenta de que vivimos en la ignorancia  y desinformación más absolutas.

Hace unos meses tuve una cliente con síndrome de Asperger. Me costó mucho saber cómo tratarla, y si bien al principio sus visitas me resultaban incómodas, enseguida me guié por mi intuición y sólo traté de comprenderla y hacerme comprender de la mejor manera posible. Puedo decir a día de hoy que es una de las pocas personas que me han agradecido mi trabajo y me ha hecho sentir , a mí,especial. Paradojas  de la vida, su hijo padece autismo.


Hace poco estaba con unos amigos esperando a que terminara el cumpleaños de una de mis sobrinas políticas, cuando un niño se acercó a mi taza de café y a mi trocito de bizcocho y comenzó a comerlo sin pedirme permiso. Mis compañeros de mesa me preguntaron si conocía al niño, les dije que no. Nos extrañó su actitud  pero nadie dijo nada. Cuando el niño echó a correr levanté la cabeza y ví como se acercaba a su madre. Sonreí para mis adentros cuando reconocí a su madre como mi cliente. Ella también me vio y me saludó con la mano señalándome a su hijo para indicarme que ese era su precioso niño.
La conclusión a la que quiero llegar es que nadie nos enseña que hay familias que tienen que luchar y pasar  día a día por muchas dificultades que les ha puesto la vida, que los demás no somos conscientes de por qué a veces la gente es cómo es, y el por qué actúan de determinadas maneras. A veces o casi siempre optamos por el peor de los caminos, como es excluirlos o burlarnos de ellos.  Lo que sí creo es que si eres una persona con un mínimo de racionalidad, aunque no estés preparado para afrontar determinadas situaciones las intentas solventar de la mejor manera posible, con  mayor o menor acierto, pero con un grado de decencia y consideración. Lo que no puedo comprender es que todavía haya personas adultas que sigan cegadas por el aquel velo de estupidez y  sinvergüenza de cuando eramos jóvenes e inmaduros, porque ya no tienen justificación posible.
Las madres que se rieron de aquella niña en la actuación todavía no han aprendido una de las mayores lecciones de la vida: el respeto hacia los demás.

Dedicado a mi nueva amiga y a su dulce niña. 


ROCIO

domingo, 23 de febrero de 2014

CINE Y LIBROS. UN POST CULTURETA PERO SIN PASARSE.

   El día doce de marzo me quitan la escayola. Me han advertido que ahí es cuando empieza lo peor, que la rehabilitación duele mucho y que no voy a poder andar sin muletas aún en mucho tiempo. Chachi. Mientras, tranquilidad y buenos alimentos. Intento no pasarme mucho con la comida porque con tanto reposo parece imposible no coger kilos pero realmente lo que me apetece cada día es arrearme un buen cocido con mucho unte, ya sabéis a qué tipo de cocido me refiero. No obstante ya digo que estoy bastante concienciada y me sacrifico.  Menuda soy yo cuando me propongo algo.

   Esto de estar con una pierna escayolada puede parecer, así a bote pronto, el antiplán, pero si te lo montas bien puede ser bastante entretenido. Lo que más entretiene, sin lugar a dudas, es tener un hijo de dos años y medio que está aprendiendo a hablar.  A mí me habían dicho que los niños que tardan mucho en hablar pasan a hacerlo perfectamente, con total corrección. JA!   Mi hijo tiene una media lengua de trapo imposible. Con tanto teteo y tanto ceceo no le descifro y eso me frustra. Ahora sufro en mis propias carnes eso de la barrera del idioma. Antes se comunicaba conmigo por gestos y era eficaz a la par que divertido. Era como jugar a las películas a todas horas. Unas risas… Hay que ver lo que discurría para pedirme algo. Incluso utilizaba para comunicarse un juguete interactivo de esos que te enseñan las letras a través de palabras. Me recordaba a Stephen Hopkins hablando a través de su máquina.  Él pulsaba la letra Q y el aparato repetía: QUESO, QUESO, QUESO. Venía ufano con su Bebétablet  cuando le apetecía un trozo de Flor de Esgueva. Porque eso sí, mi hijo come poco, pero bueno. Manchego de calidad, que el  jodío me ha salido sibarita.      

   También me entretengo leyendo mucho. He terminado un libro que tenía pendiente desde hace tiempo. “Historia del mundo contada para escépticos” de Juan Eslava Galán. Este autor, que también escribió “La mula”, novela magistral de la que han sacado recientemente la peli protagonizada por Mario Casas y María Valverde, es un fiera cuando habla de Historia. No me quito el sombrero porque no lo llevo. Yo ya había leído “Historia de España contada para escépticos” y me había encantado. Te desmitifica todos los grandes episodios de la Historia, te explica todo de una forma divertidísima, con una sorna y una ironía muy bien traída y con mucho rigor también. Lo recomiendo para todo el mundo, tanto si os gusta la Historia como si no. Es fabuloso. Otros títulos que ha escrito son “Una historia de la guerra civil que no le va a gustar a nadie” “Historia del catolicismo contada para escépticos”.  Seguro que fantásticos también. Los pongo en “pendientes”.


   Ahora estoy a medias con “El buen hijo”. La novela con la que Ángeles González-Sinde quedó finalista del Premio Planeta el año pasado. Me gusta. Me gusta mucho cómo escribe esta mujer y fíjate que la tenía yo como un poco de manía, no me digáis por qué. En ocasiones me pasa, que me cae alguien mal sin razón de peso alguna (Lady Gaga, Mariló Montero, uno que presenta el tiempo en Antena 3…) Pero respecto al libro os digo que me parece francamente bueno. Me está sorprendiendo gratamente, esa es la verdad. De hecho, creo que es mejor que el que salió ganador.

   También estoy viendo bastante cine. Cine español sobre todo. He visto la ganadora del Goya de este año, “Vivir es fácil con los ojos cerrados” de David Trueba. Muy tierna y emotiva. Javier Cámara se sale. Imagino que ya habéis oído sobre qué trata: un profesor fan de John Lennon que inicia un viaje con dos adolescentes para conocerle. La historia es más compleja pero no voy a desvelar nada. Que nadie se la pierda. De la otra gran nominada “La gran familia española” no puedo decir lo mismo. Es entretenida pero no mucho más. No le llega a “Primos”, la anterior peli del mismo director, Daniel Sánchez Arévalo (el reparto es casi coincidente también) ni a la suela. Esa sí que me gustó.


   Y como colofón “Frozen, el reino del hielo”. Qué chulaaaaa. De todos es conocida mi afición por las películas de animación y tenía unas ganas bárbaras de ver ésta. Chulísima de verdad. Me encanta que a los de la Factoria Disney les salgan las protagonistas cada vez más humanas. Graciosas, torponas, mortales en una palabra. Las princesas Disney de antes eran taaan guapas, taaaan bondadosas y taaan etéreas que no se las creía nadie. A esta película le pongo un nueve alto. El diez sólo para “Enredados”.



   Esta semana tengo dos tareas que hacer. Ver “Brave (Indomable)” y el cortometraje ganador del Goya “Cuerdas” que me está llegando por todos lados como si una señal del destino se tratase.

   Y así, despacito, despacito, van pasando los días…


ROSA

lunes, 17 de febrero de 2014

RECOMENDACIÓN: ¿PAN DURO A LA BASURA?


De nuevo mi  amigo Jamie Oliver, (ya me gustaría a mi), me ha dado unas ideas fenomenales para aprovechar la comida. Esta vez con el pan que sobra del día a día. Ese pan que siempre acaba en la basura porque nadie quiere comerlo, porque está duro, porque parece “chicle”, porque no cruje.   A mi me da mucha pena tirar la comida que sobra, por eso estas ideas que leo me gusta contároslas, porque creo que son de lo más útil y nos ayudan a ahorrar, teniendo en cuenta además que están los tiempos para ello. 


Es cierto que existen muchas recetas que utilizan pan duro. Por eso es bueno reservar ese pan para utilizarlo como ingrediente esencial de nuestro próximo plato. Se me ocurre utilizarlo para hacer un riquísimo salmorejo, unas suculentas sopas de ajo, como acompañamiento a un puré o una sopa, tostadito con un poco de aceite, como aderezo para ensaladas, unos increíbles picatostes o como unas simples tostadas de mantequilla y mermelada para disfrutar de un buen desayuno. Hay miles de recetas pululando por internet, que se hacen con pan duro.

Podemos hacer pan rallado casero. Os aseguro que hace que las comidas tenga una textura más crujiente y exquisita que si utilizamos el pan rallado de compra. Se puede rallar de diferentes formas tanto de manera fina como de manera gruesa, dependiendo para que lo vayas a usar. Yo suelo rallar el pan que tiene ya varios días porque está más duro y me resulta más fácil rallarlo. Lo dejo secar un día en una bandeja y posteriormente lo guardo en un recipiente hermético para usos posteriores. También podemos rallarlo junto con otros ingredientes para darle sabor, como ajo, perejil, lo que se nos ocurra. 


Una idea dentro del pan rallado, para hacer que por ejemplo las pechugas de pollo rebozadas están muy crujientes, es utilizar o bien el pan rallado casero que os he comentado o bien triturar los cereales Kelloggs de toda la vida, los que no tienen azúcar. ¡Probarlo alguna vez, no os defraudará!.
Si os gusta hacer pan casero (que ya os enseñaré yo alguna receta), hay un truco muy antiguo para hacer que el pan resultante este supercrujiente. En lugar de usar harina, se usa pan duro rallado para espolvorear el fondo de una bandeja antes de colocar la masa encima. Evita que se pegue y lo hace el doble de bueno.

Incluso podemos darle algo de color y sabor a ese pan del día anterior. Podemos cortar el pan en rodajas y mezclarlo con hierbas, ajo picado, especias, guindilla, aceites especiales antes de tostarlos. Y si encima aprovechamos el calor del horno que hemos utilizado para un buen guiso previo, tendremos ya el premio de los super-ahorradores.





Yo últimamente guardo todo en tarros herméticos. Y el pan no va a ser de menos. Suelo secar del todo las rebanadas de pan de los días anteriores. Y si tengo el horno encendido incluso les doy un toque de calor para que se doren un poco y se sequen más aún si cabe. Después guardo las tostadas en un bote hermético y las suelo usar en muchas cenas para untar desde patés hasta quesos. ¿A que ya nos vamos a pensar eso de tirar el pan del día anterior?.

 ROCIO