miércoles, 15 de enero de 2014

EL SEXO, ESE GRAN TEMA


   Me ha vuelto a pasar. Otra vez me ha pillado la blanca, es decir, que no encuentro la inspiración para escribir. Mis musas están de vacaciones con las de Serrat fijo. Las muy perras.

   Decido escribir a mi amiga y socia en este invento para compartir penas y preocupaciones. A continuación transcribo el diálogo:

- Tía, no se me ocurre nada para el post y mira qué hora es
- Estoy mega liaaaadaaaaaa.

   Esto, que normalmente me invita a pensar “Ya será menos” con otras de mis amigas, con Rocío me lo creo. Como tiene un trabajo de esos de superhéroe en los que tiene que lidiar con malos y buscar la justicia y todas esas cosas y encima es autónoma, pues sé que es verdad. Pero lo peor viene después. Me sorprende con otro mensaje cuanto menos preocupante.

- Habla de sexo

   No sé qué le pasa a mi amiga. No sé si son carencias o excesos los que le llevan a solicitarme estos servicios y reconozco que la sola idea me da un poco de grima. Y cuando digo grima no me refiero a la que te da cuando muerdes una toalla, sino más bien un poco de respeto a la par que repelús. Que no me atrevo, vaya. Llamadme reprimida pero así es. Yo de palabra lo que tú quieras, pues no soy yo echá pa'lante para hablar de sexo, pero así, dejarlo por escrito... no lo veo, la verdad. No obstante, me viene a la memoria un post genial de un bloguero que además de buen escritor es componente (concretamente vocalista) de uno de mis grupos de música favoritos. Se hacen llamar “El desván del duende” y son un grupo mixto de Cáceres y Badajoz muy divertido. De esos que te dan un buen rollo que te mueres. Me parecen francamente buenos, llevan tres discos ya en el mercado y ahí andan, esforzándose por llegar a lo más alto. Si me paro a pensar lo que ellos están peleando y comparo con la pila de discos que vende la fata de lady Gaga se me abren las carnes.

   Bueno, a lo que iba, que me voy por las ramas. Juan Manuel Díez es cantante, compositor y un escritor buenísimo por lo que puedo ver en su blog. Se lo publican en el Periódico Extremadura. Porque él lo vale.

A continuación su post: HABLEMOS DE SEXO.  






Se me queja un buen amigo, entre cerveza y cerveza, de que mis artículos son demasiado culturales para su gusto. Y pone énfasis en la palabra culturales al decirlo. En ese instante, cómplice de su protesta, otro amigo toma vela en nuestro entierro y, apurando su trago, entre reproches y bromas, argumenta --lo cito literalmente-- que él también me leería con más complacencia si en vez de tanta poesía, tanta música y tantos comederos de cabeza hubiera más sexo.
Es justamente al pronunciar la palabra sexo, cuando dos amigas y un amigo más se nos suman a la conversación, improvisando, entre risas, los próximos temas sobre los que podrían tratar mis siguientes artículos. (Temas que, por respeto a mis lectores más impresionables, omitiré en su totalidad, pues no suenan igual citados un domingo en un papel de periódico que entre amigos, un sábado de cañas). En ese instante, el coloquio ya ha tomado un cariz de guasa general y hasta el camarero, saliendo de otra conversación sobre fútbol, levanta la voz desde detrás de la barra y opina, muy seriamente, que si hubiera más sexo en los periódicos, la gente los leería más.
Las miradas de medio bar me buscan, como indirecto causante de las críticas y el cachondeo. Atención general que aprovecho para argumentar, también entre bromas, y acompañando mis palabras de cierto fingido ademán de ponente académico, que el sexo, como cualquiera con cierto criterio existencialista, prefiero practicarlo antes que teorizarlo sobre un papel, y que para hablar de una materia tan crucial y compleja ya existen muchos estudiosos (demasiados, quizá) más entendidos que yo. Y, en este punto, hago una pausa y agrego irónicamente: al menos en lo referente a la teoría.
Hay risas y opiniones para todos los gustos. La guasa avanza de forma espontánea y todo el que va llegando al bar parece encontrarse encantado con la conversación. Pero mis amigos, que me conocen bien, no quedan satisfechos del todo con mi respuesta y me retan a sorprenderles, llegando a firmar a siete manos, sobre una improvisada servilleta de Cruzcampo, un acuerdo por el que me comprometo a hablar de sexo en mi próximo artículo, dejando estipulado incluso el que será su título, homónimo que aquel famoso programa de televisión de los noventa: Hablemos de sexo.
Finalmente, rubricamos el pacto con un brindis. Y hasta el camarero promete comprar el periódico para que todos los clientes sean testigos del resultado del contrato. Nos despedimos hasta la semana siguiente. Mis amigos se marchan a sus casas con ciertas sonrisas maliciosas y las miradas pícaras de quienes saben que cumpliré mi palabra.
Pues bien, aquí estoy. Ningún tema me es ajeno. La literatura debe reflejar la vida, y sin sexo no habría ni la una ni la otra. Si hay que escribir de sexo, escribiré de sexo. Y no voy a andarme por las ramas. Iré al grano, al epicentro, a la guinda del pastel, al meollo del tema- Empezaré por el final: hablaré del orgasmo.
(Y, para introducir el tema, debo agradecer la inestimable ayuda de un libro entre muchos: "The science of orgasm", es decir, "La ciencia del orgasmo", del cual he rescatado para la ocasión una deliciosa definición básica y la sabiduría de siete teorías sobre sexo y salud que me gustaría --y deseo que todos los derivados de la palabra gusto sean bien acogidos en este texto-- compartir con mis lectores; en especial, por supuesto, con mis amigos y también con todos aquellos que echan de menos más sexo entre las heterogéneas temáticas de las que alguna vez ha tratado en esta Locura ordinaria. Pretendiendo, de paso, que tan sólo lo echen en falta como lectores).
La definición
El orgasmo puede definirse como el punto máximo de placer que experimenta una persona. (Donde se lee placer, entiéndase placer físico). Se consigue estimulando no sólo sus áreas genitales sino cualquier otra zona erógena, aunque a veces basta con mantener un pensamiento altamente placentero para alcanzarlo. (Cabe decir que la tercera posibilidad, a la que nombraré libremente como "la posibilidad de Santa Teresa", no está al alcance de todos). Y su manifestación se puede descubrir de forma individual o en pareja. (Aquí podríamos aceptar otras muchas variantes, pero no vamos si quiera a suponerlas).
Las siete teorías
Estos son, según mis anotaciones sobre este libro, los ocho últimos descubrimientos sobre el orgasmo como beneficiario de nuestra salud, obviando el ya consabido de la quema de calorías (tres veces más, por cierto, si lo experimentamos es en la ducha y no en su más clásico terreno de juego: la cama):
Para ellas:
1.- El orgasmo estimula ciertas hormonas femeninas capaces de rejuvenecer el aspecto de la mujer, nutriendo la piel y oxigenando el cuerpo.
Para ellos:
2.- Un estudio de diez años de seguimiento por parte de investigadores británicos contempla la relación entre orgasmos frecuentes (uno o dos por semana) y el índice de mortalidad en varones. Demostrando que los hombres que tienen orgasmos frecuentes corren un riesgo de muerte 50% más bajo que los hombres que tienen orgasmos con una menor frecuencia (menos de uno al mes).
3.- Estudios a 2000 hombres menores de 70 años por parte de investigadores australianos demuestran la conexión entre los hombres que eyaculan con regularidad (cuatro o más veces por semana) y una reducida incidencia del cáncer de próstata.
Para ambos:
4.- Otro tipo de investigaciones han defendido el efecto de atenuación energética y relajación natural que tienen en las personas la oxitocina y otras endorfinas que se liberan durante el orgasmo, así como los efectos protectores contra el cáncer y las enfermedades cardiacas de la dihidroepiandrosterona.
5.- El orgasmo puede aliviar fuertes dolores de cabeza, descongestionar la nariz y ayuda a combatir algunas alergias.
6.- En el momento del orgasmo, el cerebro se relaja con gran intensidad, favoreciendo la inhibición de malos pensamientos, recuerdos tristes y sensaciones de estrés y ansiedad.
7.- Un estudio realizado en la Universidad de Wilkes (Pennsylvania) observó que las personas que llegan al orgasmo asiduamente (cinco o más veces por semana) presentan en un 30% más un anticuerpo que ayuda a fortalecer el sistema inmunológico.
Y para los que están pensando en el onanismo como método de salud placentero, agregaré un consabido octavo punto, muy importante: Llegar al orgasmo en pareja reprime la sensación de soledad y abandono. Y cito aquí uno de los más conocidos aforismos del poeta Vicente Núñez: ¡Oh sexo no engendrante, oh sexo como cura!.
En fin. Se me quejaba un buen amigo, entre cerveza y cerveza, de que mis artículos son demasiado culturales para su gusto. Deseo, al menos, que este le haya sido placentero.
 
 
Insisto en que este texto no es mío. Ya quisiera yo escribir así de bien. Es de Juan Manuel Díez y forma parte de su blog “Locura ordinaria”. Con esto cito la fuente (evitando así líos legales) y vosotros seguís pensando que yo soy una niña buena que sólo tiene pensamientos puros y buenas intenciones.
A mí que me registren.

ROSA
CON LETIZIA!!!


lunes, 13 de enero de 2014

RECOMENDACIÓN CULINARIA: NO TIRES LOS RESTOS DE VERDURA


Como consumidora habitual de libros de cocina  y lectora asidua de blogs culinarios, me he hecho con un sinfín de trucos en cuestiones de comida y alimentos. Muchas de las ideas que he ido recopilando tengo intención de ir contándolas en el blog, en ese apartado que tanto me gusta dedicado a las recomendaciones. 
Esta vez me he decantado por una idea del cocinero británico, mundialmente conocido,  Jamie Oliver.

Muchas veces tenía en la nevera restos de verdura que con el paso del tiempo se me acababan estropeando. Se trataba de restos pequeños que no me valían para cocinar nada importante y que terminaban en el cubo de la basura. Hete aquí, que un día leí lo que podía hacer con ellos y lo puse en práctica con resultados  muy  satisfactorios.

Se trata de convertir los restos de verdura en encurtidos. Yo suelo aprovechar cualquier tipo de verdura, desde zanahoria, pepino, cebolla, calabacín, coliflor, etc. La idea es cortar estos sobrantes antes de que se estropeen en capas finas, gruesas, etc. Lo ideal es cortarlas  en diversas formas irregulares. Incluso se puede optar con comprar cuchillos que dejen el corte de las verduras de manera ondulada.
Una vez cortada la verdura se mete en un recipiente hermético junto a  una taza de agua y dos tazas del vinagre que más nos guste, se añade una cucharada de sal marina y otra de azúcar, y se remueve hasta que esté todo completamente disuelto. Se puede añadir incluso alguna especia que creamos que va dar un toque de sabor a los futuros encurtidos, como guindilla, cilantro, etc..
Si utilizamos verduras rojas, como rábanos o remolachas es mejor usarlas en un tarro único, puesto que suelen teñir de color el "caldo" avinagrado.

Las verduras así metidas en el frasco pueden durar en la nevera mucho tiempo y se pueden utilizar en multitud de comidas, como en ensaladas, bocadillos, tablas de quesos, hamburguesas, pizzas, etc. Incluso el líquido que hemos creado puede servir para aliñar en un futuro cualquier comida que se preste a ello.

También es buena idea utilizar estos frascos herméticos de elaboración casera como un regalo cuando alguien te invite a comer, decorando el frasco con etiquetas hechas a mano. Es una buena idea para regalar  en vez de llevar la típica botella de vino, ¿no creéis?

jueves, 9 de enero de 2014

YO TAMBIÉN


Yo también pienso que la Infanta Cristina no es tonta.

Yo también creo que su marido sí.

Yo también pienso que a Miquel Roca le ha caído un marrón muy gordo.

Yo también creo que la Infanta Elena debería hacer algo con esas cejas.

Yo también pienso que a Mas se le ha ido la pinza.

Yo también creo que Gallardón no sabe de lo que habla. Ninguna mujer se toma un aborto a la ligera.

Yo también pienso que los políticos nos mean y dicen que llueve.

A mí también me dan repelús las manifestaciones en favor de “la familia”.

A mí tampoco me cae bien Rouco.

Yo también creo que el Papa Francisco se la está jugando.

Yo también pienso que a Mª Teresa Campos le cuesta mantenerse erguida con esos tacones imposibles. A veces ser femenina no compensa.

Yo también creo que Olivia Palermo debe ser sosa, sosa, sosa.

Yo también opino que salir de las drogas es más fácil que salir de Ikea.

Yo también creo que el hijo de Sara Carbonero debe ser mazo guapo.

Yo también creo que a Casillas le sienta bien el pelo injertado.

Yo también creo que los pantalones Slim Fit le hacen flaco favor a los hombres.

Yo también amo a Xabi Alonso. Aunque vaya de Slim Fit.



   
 Aquí, ojeando la prensa.


ROSA

 
 
 
 
 

martes, 7 de enero de 2014

HABLEMOS DE HUMOR

Una buena amiga mía me dijo en una ocasión uno de los mejores piropos que me han dicho nunca: "Contigo siempre me acabo riendo". Al principio me quedé sorprendida porque, como persona insegura que soy, pienso que nunca causo ninguna sensación en la gente. Pero por lo visto, sí que la causo, al menos en mi amiga Marta.

 No soy una persona seria, las cosas como son. Me tomo la vida con mucha pasión para lo bueno y para lo malo. Saco punta a todo y de todo hago un chiste pero esto también tiene su lado negativo. Tengo mucho sentido del ridículo y aunque me río hasta de mi sombra, a veces sufro el efecto contrario, que me angustio hasta de la misma sombra si hace falta.
Como profesional del humor (aquí ya me estoy viniendo arriba) he de decir que en el humor no todo vale, al menos de la forma en la que yo entiendo el humor que más o menos es la siguiente: 
Por ejemplo, no me gusta el humor escatológico: todo aquello que tenga que ver con caca, culo, pedo, pis no me suele hacer gracia. Y eso que una de mis mejores sesiones de humor y de risas desternillantes,  fue en un viaje que hice con Rosa a Londres, con el tratamiento que le dimos al estreñimiento de nuestros acompañantes. Pero ella y yo sí que sabemos tratar la mierda como dios manda.
VAMOS A IR RETIRANDO ÉSTO QUE A ROCÍO NO LE HACE GRACIA



Tampoco me suele gustar escuchar chistes. Y menos si los cuenta Paz Padilla.  No soporto los chistes largos que cuando llegan a su fin, mi estado de emoción es tal, que cualquier final que le den al chiste me sabe a poca cosa. Prefiero en todo caso los chistes cortos y absurdos, tipo: “Va un caracol y derrapa”.

El humor que más me gusta es el  absurdo, irónico, inteligente.
Me río mucho con las situaciones diarias, con las anécdotas que le pasan a la gente, o en general que me pasan a mí. Sin yo quererlo suelo ser la  protagonista de situaciones muy  raras que, si bien en su momento no tienen mucha gracia, con el paso del tiempo adquieren matices humorísticos. Suelo tener muy a menudo la risa tonta. Mi madre, cuando yo era pequeña, se enfadaba mucho conmigo cuando me entraba la risa tonta. Sobre todo, si era a la hora de comer. ¡Qué poca paciencia tenía mi madre!. A la de cambio me estampaba una bofetada en la cabeza y me decía: "o comes o la que me voy a reír soy yo". Luego recriminaba a  mi hermana, a la que previamente le había contagiado mi risa tonta. Normalmente estas sesiones acababan con nosotras en la cama, calientes (en el mal sentido de la palabra) y sin cenar.  Hasta me han echado   de clase en  la Universidad, por reírme de una profesora mientras daba clase de una asignatura poco entretenida. Y todo porque se le salía la hombrera de la camisa y le estaba llegando al cuello. Esta situación absurda acabó en una risa nerviosa de mi compañera y una servidora con la consiguiente invitación a salir de clase.
¡CUENTA EL CHISTE EN VOZ ALTA PARA QUE TODOS NOS RIAMOS!


Los monólogos me suelen cansar bastante. El canal de la Paramount Comedy casi nunca lo veo. Tienen que ser muy buenos para que me quede enganchada. No soporto cuando utilizan el humor escatológico o cuando hablan con palabras malsonantes para dar más énfasis a sus discursos. A mi me causan el efecto contrario, no me hacen puñetera gracia.  Mis monologuistas preferidos, por encontrar alguno,  son Iñaki Urrutia, Miguel Lago, David Navarro y Goyo Jiménez. Una muestra de un buen monólogo:  https://www.youtube.com/watch?v=4o3fUhm_z_o

Siempre he sido fan de “Martes y Trece”. Me encantaban, como supongo que a más de un español. Mi favorito, Millán  Salcedo. Su sola presencia en la pantalla de televisión ya me hacía gracia, sin falta de hablar o decir nada. Eso me suele pasar con ciertas personas, contadas con los dedos de la mano, pero hay cierta gente que con solo mirarlas  ya me levantan una sonrisa. Son gente que para mí estilan gracia, salero, desparpajo. Un jefe que tenía en la feria de muestras, de una marca conocida de coches, me producía este efecto, y mi amigo Mario cuando se pone en plan gracioso me hace morirme de risa.
Mario y  Rosa son los que tienen mi mismo sentido del humor. Las anécdotas más graciosas de mi vida las he compartido con ellos. No puedo expresar cual es la diferencia pero, aunque con el resto de la gente también me ría, no llego a tener la misma conexión. Que yo recuerde sólo me pasa con ellos dos.


No soporto el humor de Jose Luis Moreno. Lo siento, otra vez hablo de este hombre en el blog. No tengo nada personal con él, pero nada de lo que suele hacer me hace gracia. Ni sus muñecos, ni sus programas de fin de año, ni su “grupito” de teatro. No entiendo porque a mi madre le gusta “ Aquí no hay quien viva” o  como se llame ahora. Vale, lo acepto, le tengo cierta animadversión.
Tampoco suele ser partidaria del humor hiriente, del humor que tiene como base las desgracias de la gente, humor xenófobo, machista, etc. No me suele gustar. Es cierto, y no voy a ser una puritana,  que en alguna ocasión  me he reído con algún chiste de este tipo, pero por lo general me puede más el efecto dañino  que  el gracioso que se pretende dar. 

Mi serie de humor preferida por encima de todo es: “Friends”. Mi amigo Mario me ha dicho que vea: “ Como conocí a vuestra madre” y “Big bang Theory”. Me ha dicho que son incluso más graciosas. Algún día me pondré a ello.

Creo que deberíamos reírnos más de lo que solemos hacer. A veces tenemos problemas de fácil solución o al menos de poca envergadura y deberíamos tomarnos la vida con mayor tranquilidad y con más sentido del humor. Os aseguro que el hecho de que alguien me diga que se ríe mucho conmigo es el mejor piropo que nunca me hayan podido decir. ¿Empezamos el año con una carcajada?

ROCIO



jueves, 2 de enero de 2014

ESTADO DE BIENESTAR


   Llevo dos días sin salir de casa y aparte de un ligero tufillo a cerrado no se me nota nada. No he dejado de salir por falta de oportunidad, conste aquí, sino porque no me ha dado la gana. Me he quitado el pijama porque son fechas señaladas pero si no hubiera sido por eso, ni siquiera. Podría decirse que mi fin y comienzo de año han sido aburridos pero nada más lejos de la realidad.

  He jugado con mi hijo hasta hartarme. Hemos descubierto unos juegos on-line muy adecuados a su edad en la web www.elbuhoboo.com. Son muy entretenidos y sirven para familiarizarse con el teclado y con el ratón. También hemos hecho puzzles. Papá Noel le ha traído dos de los personajes de Cars. Cada uno tiene la friolera de 16 piezas!!! y el tío ya los hace solo en un pispás. Vosotros no me hacéis caso cuando lo digo, pero yo sé que es superdotado. Además últimamente está de dulce y cariñoso... Me muero de amor.


   He colocado armarios y cajones en casa. Esto, que a cualquier mortal le parece un coñazo, a mí me encanta. Soy ordenada, organizada y meticulosa, como una buena Virgo. Tanto que a veces me doy miedo a mí misma. El esfuerzo de ayer mereció la pena porque ahora están tan colocaditos que da gloria verlos. Me emociono.

  Mi madre hizo por primera vez arroz con bogavante y se salió. Yo le había regalado hace unos días un par de ejemplares estupendos y, aunque ella sopesó hacerse unos pendientes con ellos, yo la convencí para que hiciera un arroz. Después pusieron en Tele 5 "La Sirenita" y nos dió un poco de penica al ver a Sebastián, pero ya no había vuelta atrás. El arroz estaba magnífico. La cocinera protestó mucho mientras lo hacía porque mi padre le hizo perder la cuenta de los vasos de agua que echaba pero al final resultó perfecto. Es lo que tienen los grandes chefs que protestan si están contando y les interrumpes. Ya le habíamos dado una estrella Michelín por las albóndigas, pero ahora le vamos a conceder otra.

   He jugado a las cartas con mis padres. Al Chinchón. Mi padre nos desplumó a mi madre y a mí (jugábamos a céntimo el punto) pero fue divertido. Me reprochan que no me concentro suficientemente en el juego pero me resulta muy difícil cuando mi hijo juega al lado con su baraja de Dora Exploradora y de vez en cuando me entran en mi mano Swiper el zorro, Isa la iguana o el mono Botas. Así a ver quién es el guapo que se concentra.
   He visto “Enredados” y me ha parecido una obra maestra. Es fabulosa. Un diez le doy. Seamos generosos, mejor un quince. En mi opinión es la mejor de todas las pelis de Disney. Al lado de ésta las demás me parecen garrafón. Ahora quiero ser Rapunzel y canto "Brilla bella flor, dame tu poder" a todas horas.


  
  He terminado la última novela de Arturo Pérez Reverte. “El francotirador paciente”. Muy recomendable. Es un thriller bien escrito y de final inesperado. No voy a desvelar mucho sobre él pero diré que después de leer este libro aprendes a mirar los graffitis y a los graffiteros de otra manera.

He planeado un viaje a Venecia para el mes que viene. De esto no voy a decir más que aún está todo en el aire y luego se gafa.

He dormido la siesta!!! Un lujo que no siempre se me permite. Qué gustitoooo....

    Juegos con mi hijo, risas con mis padres, buena comida, un libro interesante, una película magnífica, un proyecto de viaje maravilloso, una siesta... Si es que, como dijo Borges, no hay día en el que no podamos pasar al menos unos instantes en el paraíso.

Feliz año nuevo a todos.


ROSA