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miércoles, 5 de febrero de 2014

AGROTURISMO: LA TERRAZA DE VIESQUES


Mis amigas del Cole somos algo fetichistas en cuestión de gustos culinarios. Siempre vamos al mismo sitio cuando nos reunimos. Y es que creo que no lo vamos a cambiar en mucho tiempo, porque una vez que entras y pruebas las cositas tan ricas que hacen, te garantizo que vuelves. El nombre de este agraciado lugar es: " La terraza de Viesques". Si eres de Gijón o de otro lugar de  Asturias, no pierdas la oportunidad de conocerlo y si vienes de fuera, es un  sitio obligatorio. Todo tiene su encanto: la ubicación del restaurante, en el barrio de Viesques, un barrio de Gijón que no es céntrico (díganmelo a mí, que vivo en la otra punta, y tengo que usar mi supermoto para alcanzar a mis amigas para que no me lo coman todo), pero merece la pena porque estás en su sitio muy tranquilo. El precio de las comidas es asequible. Degustas en todo momento comida casera (¡ Y qué comida!), platos variados y muchos típicos de Asturias. Y el servicio, al fondo a la derecha, (éste es un chiste malo y muy socorrido, cuando lo que pretendo decir es que los camareros son muy atentos). 

Por dentro el restaurante está dividido en cuatro partes, sin contar el baño (¡y dale con el baño!). La parte de fuera  es una terraza (de ahí el nombre del sitio para los menos inteligentes), y la parte de dentro tiene servicio de bar, servicio de restaurante y en su interior tiene una salida que da a una terrazuca para sentarte después de comer o cenar y poder hacer la digestión con un cacharrito o chupito de jagermesteir (si lo que quieres son sensaciones fuertes). Evidentemente en las dos terrazas se puede fumar ( no me veréis volver a hacer publicidad del tabaco en este blog). 

El dueño del restaurante es un señor serio, pero como todo señor serio, es un profesional. En este caso de la cocina. Su nombre es Emilio Gutiérrez, que a estas alturas del post le llamaré don Emilio. 


Pues aquí es donde nos reunimos las amigas del Cole cuando nos quedamos para recordar los viejos tiempos. Y nos ponemos como auténticas Xatas*. No tengo comisión alguna por hablar del local en cuestión, pero sería muy feo por mi parte no decir que la comida es muy buena y que siempre que voy me encuentro como en casa. Os voy a poner algunos platos que hemos probado: 
SOLOMILLO CON BEICON Y MONTADITO DE PATATA (ESTE ES DE LOS MÍOS QUE SOY MÁS BIEN CARNÍVORA)
LUBINA AL HORNO CON ALMEJAS (SI  HASTA SE LE VE FELIZ A LA LUBINA)
MERLUZA A LA PLACHA (ESTE PESCAO ESTÁ MENOS FELIZ, LE HAN CORTAO).
RODABALLO A LA PLANCHA (ME ENCANTA EL NOMBRE DE ESTE PESCADO PARA UNA MASCOTA)


CALAMARES (RIQUÍSIMOS)
BOLETUS A LA PLANCHA
TARTA DE LA ABUELA BAÑADA EN CHOCOLATE  (SIN COMENTARIOS)

TORRIJA CON  HELADO DE CANELA (BUFF, BUFF).
COMO TRILEROS, A TRES BANDAS
Y nada más que decir. Creo que las imágenes hablan por sí solas. Antes de despedirme agradezco la colaboración de mi amiga Covi. Porque yo soy de las que como y como, y no me fijo en el nombre de lo que como. A mi que me echen lo que quieran que si está bueno, no pregunto como se llama. Como siempre me ha pasado hasta a la hora de buscar un buen marido.... Así que gracias amiga  por ayudarme con los nombres. 

**Xata: forma en la que se dirigen los asturianos para denominar a sus vacas.  









ROCIO

lunes, 13 de enero de 2014

RECOMENDACIÓN CULINARIA: NO TIRES LOS RESTOS DE VERDURA


Como consumidora habitual de libros de cocina  y lectora asidua de blogs culinarios, me he hecho con un sinfín de trucos en cuestiones de comida y alimentos. Muchas de las ideas que he ido recopilando tengo intención de ir contándolas en el blog, en ese apartado que tanto me gusta dedicado a las recomendaciones. 
Esta vez me he decantado por una idea del cocinero británico, mundialmente conocido,  Jamie Oliver.

Muchas veces tenía en la nevera restos de verdura que con el paso del tiempo se me acababan estropeando. Se trataba de restos pequeños que no me valían para cocinar nada importante y que terminaban en el cubo de la basura. Hete aquí, que un día leí lo que podía hacer con ellos y lo puse en práctica con resultados  muy  satisfactorios.

Se trata de convertir los restos de verdura en encurtidos. Yo suelo aprovechar cualquier tipo de verdura, desde zanahoria, pepino, cebolla, calabacín, coliflor, etc. La idea es cortar estos sobrantes antes de que se estropeen en capas finas, gruesas, etc. Lo ideal es cortarlas  en diversas formas irregulares. Incluso se puede optar con comprar cuchillos que dejen el corte de las verduras de manera ondulada.
Una vez cortada la verdura se mete en un recipiente hermético junto a  una taza de agua y dos tazas del vinagre que más nos guste, se añade una cucharada de sal marina y otra de azúcar, y se remueve hasta que esté todo completamente disuelto. Se puede añadir incluso alguna especia que creamos que va dar un toque de sabor a los futuros encurtidos, como guindilla, cilantro, etc..
Si utilizamos verduras rojas, como rábanos o remolachas es mejor usarlas en un tarro único, puesto que suelen teñir de color el "caldo" avinagrado.

Las verduras así metidas en el frasco pueden durar en la nevera mucho tiempo y se pueden utilizar en multitud de comidas, como en ensaladas, bocadillos, tablas de quesos, hamburguesas, pizzas, etc. Incluso el líquido que hemos creado puede servir para aliñar en un futuro cualquier comida que se preste a ello.

También es buena idea utilizar estos frascos herméticos de elaboración casera como un regalo cuando alguien te invite a comer, decorando el frasco con etiquetas hechas a mano. Es una buena idea para regalar  en vez de llevar la típica botella de vino, ¿no creéis?