jueves, 16 de mayo de 2013

LAS CHICAS DE LA CÁMARA



   ¿Habéis ido alguna vez a la Feria de Muestras de Gijón? Me imagino que los que sean asturianos, de Gijón e incluso de gran parte de León habrán ido no sólo una vez, ni dos, sino muchísimas veces, más bien todos los años. (Por cierto,  que ingenua soy al  pensar que nos leen desde tantos sitios, pero que sepáis que tenemos lectores rusos, que lo vemos por los entresijos del mundo blogger ¡!Hello Russia!!.)  
   A pesar de ir tantas veces a esta Feria, los gijoneses siempre decimos que “este año no vale para nada” o que “es siempre lo mismo”. Pero ahí estamos año tras año, haciendo cola para coger el famoso bocadillo de calamares que a estas alturas ya será sucedáneo de calamares o el típico sándwich de San Martín  para después irnos al Pueblo de Asturias a comer las viandas y descansar un poco del bullicio del recinto ferial.
   Pero es que la Feria es mucho más que eso, y hay muchas actividades que la gente no conoce y que se suceden en distintas partes del  complejo: conferencias en el interior del Palacio de Congresos, visitas de personajes notorios, exposiciones de productos de nuestro país y de otros lugares del mundo (¡Viva Rusia!), y un sinfín de actividades más que las meras culinarias y a las que se presta en general todo el mundo.
  La Feria de Muestras empieza siempre el primer fin de semana de Agosto y  cuando acaba, para muchos gijoneses acaba el Verano. Mucha gente joven, meses antes, intenta echar sus currículos o recurre al enchufe, para poder trabajar durante los quince días que dura la feria y ganarse unas pelillas y de paso vivir una experiencia divertida y  diferente.
  Y ahí estaba yo, con 21 o 22 años, trabajando en el stand de los coches Mazda, porque no me querían en el de Cafés Oquendo (al que sólo iban  las chicas guapas y saladas), repartiendo publicidad a diestro y siniestro. Ésta sería mi primera experiencia laboral que duró ininterrumpidamente hasta que colgué el uniforme de azafata para ponerme la toga que por aquel entonces ya me empezaba a quedar muy bien. 
 Leí o me dijeron una vez que a la archiconocida Mercedes Milá  le preguntaron en una entrevista sobre el mejor trabajo que tuvo antes de ser periodista y contestó que sin lugar a dudas  el de  AZAFATA DE CONGRESOS. Pues bien, es lo que fui yo desde esa primera experiencia en la feria de muestras, que vinieron muchas más, e incluso me llegaron a contratar durante todo el año natural, como eso, como AZAFATA DE CONGRESOS  (a las de café Oquendo no les brindaron esa oportunidad, ohhhh).
   Tengo muchos recuerdos de esos años, que fueron años de juventud, los mejores de mi vida, algunos buenos y otros no tan buenos, pero siempre vividos con ese espíritu inocente  tanto para lo bueno como para lo malo. Y aquí es donde conocí a las “chicas de la Cámara”, las azafatas de la Cámara de Comercio de Gijón. A día de hoy seguimos siendo muy buenas amigas, aunque ya no nos vemos tanto  porque el paso de los años nos hace tener cada vez más responsabilidades y menos tiempo para nosotras.
ESTAS SON LAS CHICAS DE LA CAMARA. DETRÁS DE LISA SIMPSON SE ESCONDE UNA DE ELLAS.

  Recuerdo las horas que estábamos de pie cuando teníamos que hacer algún congreso, y lo bonitas que salíamos de casa con nuestro uniforme impoluto, la melena  recién lavada y el pañuelo tieso y atado al cuello; pero cuando acababa el día a eso de doce horas después, teníamos los pies hinchados y cansados, la cara brillante de sudor, los ojos enrojecidos y el pañuelo en posición más bien de ahorcarte que de adornarte. Y el pelo… buff… el pelo despeinado e incluso sucio, porque la moqueta de las salas en la que se celebraban los Congresos hizo muchísimo daño a nuestro pelo!! Las moquetas nunca fueron buenas para el cuerpo!!.
   Me acuerdo de mi Cris, que siempre llevaba los dedos de los pies con tiritas, mejor dicho con inverosímiles tiritas, porque ella siempre fue pionera de este material. Siempre iba a la última en cuestión de tiritas, sobre todo cuando trajo aquel revolucionario "Compeed" nuestros pies pasaron épocas de gloria. Y cómo se conocía la Cris la feria… madre cómo se la conocía…
   Y también me acuerdo de Diana. Un día en la recepción de un congreso que se estaba celebrando, creo que de Médicos, aburridas de esperar a que se abrieran las puertas, cogimos los micrófonos (que tenían conexión con el interior de la sala y que creímos cerrados) y nos arrancamos a cantar por David Bisbal. Esto terminó con mi falda rota al intentar emular al almeriense y con una bronca de nuestro jefe (y amigo) porque se escuchaba dentro de la sala mi voz al unísono con la del  Presidente de la Asociación de Médicos que veía su charla interrumpida por mis gritos de Bulería, Bulería.
  Recuerdo cuando conocí a Jana en una feria de muebles, nos pasamos todo el día entregando acreditaciones, muertas de frío, pero riéndonos todo el rato.
  Evina se incorporó al grupo con ciertas reticencias por mi parte, porque por aquel entonces era la preferida del jefe, y es que la chavala era y es guapa a rabiar, pero ¡ lo juro! No me duro mucho el recelo porque en seguida formó parte de este pintoresco grupo como una más.
  Lucía vino más tarde, pero empujando fuerte. La conocí en la boda de Letizia Ortiz, pero no os confundáis, no fuimos invitadas a semejante evento, a pesar de la insistencia del príncipe que cuando se pone pesado… (por qué no te callas..), pues eso, ahí estábamos las dos más que trabajando comentando la boda real lo que terminó con  una amistad hasta el infinito y más allá. 
  Y la mi Rebe, la primera que conocí, mi amiga del alma. Cuando me llevaron al Palacio de Congresos por primera vez apareció ella con esa sonrisa suya y esa sencillez y esa predisposición y accesibilidad que sólo las buenas personas saben brindar. Y aquí estamos todavía juntas, muy juntas, bendito What´s app!.
 ESTA FOTO ME PARECE MUY GRACIOSA
EN EL PUEBLO DE ASTURIAS

 He conocido a gente maravillosa , me he reído (cuando los visitantes de la feria preguntaban por los estándares, o por el palacio de los diputados, o por el stand de las "coquíes", o si éste año venían las "mimosinas" en alusión a esos coches largos y de lujo que se ven mucho en las películas americanas), he llorado, me he enamorado, me he desenamorado, he conocido a ilustres personajes y a no tan ilustres, a la Alcaldesa de Gijón, al Presidente del Principado (que rabia cuando llovía y teníamos que sujetarles el paraguas para que no se mojaran, cómo lo odiaba, y cuando se paraban para saludar a alguien y yo seguía caminando con el paraguas dejándoles a la intemperie, soy así de despistada  Ilustrísima Alcaldesa.. )., he conocido a la gente que trabaja detrás de todo el entramado de la feria, las oficinistas, los porteros, las taquilleras, los técnicos, las limpiadoras guays y las no tan guays que te ponían la cestilla para que les dejaras la voluntad (me salía el pis a mí a euro y veinte céntimos y ni os quiero contar cuando tenías otro tipo de necesidad…) he comido en multitud de hoteles, caterings, espichas y  en mi últimos años he llegado incluso a ser   jefa de azafatas, (las de Cafe Oquendo deben de estar a estas alturas muertas de la envidia). 
  Si tenéis oportunidad de visitar Gijón visitad la Feria de muestras, y acordaos esta vez de por qué funcionan tan bien las cosas en todo el recinto ferial. Y eso es porque en cualquier sitio, controlando, vigilando, ayudando, informando, están pues eso, las chicas de la cámara. ¡Os quiero amigas!

ROCIO

miércoles, 15 de mayo de 2013

ESTOY MAYOR....




    Y como diría mi amiga Violeta, no tengo edad. El médico de mi madre dice que a partir de los cuarenta empiezas a sentir todo el cuerpo. A notar que lo llevas, vaya. Si yo hago hoy inventario tengo más de siete síntomas. A saber: relacionados con huesos, dolor de las rodillas y espalda; de órganos internos, retortijones de ovarios y acidez de estómago y derivados de la primavera,  los ojos inyectados en sangre y como dos puñaladas en un tomate y la nariz congestionadísima. 
  
   Estoy hecha una piltrafilla humana. Si muevo la cabeza, muevo el pie, muevo la tibia y el peroné noto que el esqueleto me cruje. Quiero pensar que no estoy vieja, que estoy crujiente pero no sé yo. Además estoy lacia. Floja, blanda. Cuando digo blanda no me refiero precisamente a la turgencia de mis carnes, que también, sino a la de espíritu. ¿Será astenia primaveral? Tiene que serlo porque yo de normal no soy así. En otras circunstancias, ahora mismo me calzaría las zapatillas de deporte, me pondría las mallas, la cinta del pelo, los calentadores, el emepetrés y hala! a correr! Pero así no, que va, que va, de ninguna de las maneras. Hoy no voy a hacer deporte. Si mi culo sigue entrando en caída libre sé que terminarán por picármelo las palomas, pero prefiero asumir el riesgo.

   No tengo ganas de ná. Menos mal que no tengo mucho que hacer hoy. Tengo que acompañar a mi hijo a la pisci. Qué desfachatez, qué mentira más gorda acabo de soltar. Como no me gustan las piscinas (ni que se me moje el pelo y estropeen los rizos, ni estar perfectamente depilada siempre, ni cómo me sienta el gorro ese maldito...) he liado a mi padre  para que vaya con su nieto. Aclaración: mi hijo es chiquitín y no puede ir solo. Lo dicho, que el güelito además de pagar el cursillo (¡esos abuelos como molan, se merecen una olaaaaa!!!!), acompaña al nieto religiosamente todos los lunes y los miércoles. Un lujo. Lo peor es que en la piscina se tiene que quitar las gafas y a veces se confunde de niño. Y desde aquí hago un llamamiento: Científicos del mundo ¿para cuando las gafas progresivas inempañables? Jolines, tanto avance tecnológico, tanta gaita y no inventan las cosas importantes y supernecesarias... Yo me pondría al tema, pero es que hoy estoy tan lacia...

ROSA


   NO WOMAD, NO CRY



   Aquí os dejo unas fotos del Womad para que os hagáis una idea de la que se lía en esta ciudad. Son de un amigo que me ha dejado claritas dos cosas: La primera que él no fotografía  músicos ni escenarios, sino el ambiente y la segunda que no le mencione. Ahí queda eso.



©J ESTEBAN



©J ESTEBAN





©J ESTEBAN





©J ESTEBAN
ROSA

martes, 14 de mayo de 2013

ESAS PEQUEÑAS COSAS... (II PARTE)


   Es verdad que, como dijo Rosa ayer en su post de  los "Me gustan” y "No me gustan", pasamos las dos un día entero riéndonos de estas cosas. Me gustaría que pensarais en los vuestros, porque de verdad, es un ejercicio muy sano, te hace conocer más aun si cabe a la  persona que está a vuestro lado, y os aseguro que vais a pasar  un buen rato. Yo como todo lo que hago y siento lo hago elevado a la máxima potencia, cuando digo que algo “me gusta”, es que me gusta muchísimo y cuando digo “que no me gusta” he llegado a tener incluso cierto asquito.  Ahí van los míos:

ME GUSTAN:

   -Me gusta mucho la gente que tiene los dientes blancos, rectos y perfectos. Creo que con eso ya tienen todo ganado, aparte de un buen contrato con “Colgate” por si en un futuro ven muy mal la cosa…
  - El olor a leña quemada: es un olor que me trae muchos recuerdos, y lo peor de todo es que no sé de qué. Supongo que de mi infancia cuando estaba en mi pueblo de León, porque los pueblos en general huelen así, así o también al mítico “cucho”. (Los que no sean asturianos que busquen esta palabra en la wikipedia del bable).  
  -El olor a chorizo frito: este olor también me trae recuerdos, pero éste si sé de qué. De las veces que me comí el chorizo así, me encanta el chorizo!
  -Saber que cuando acabo la jornada laboral me está esperando en casa para ver o leer, una buena serie, película o un buen libro, me levanta mucho la moral saber que al terminar el día tendré ese rato de ocio.
 -Las mujeres que no necesitan maquillarse para estar guapas, esto creo que es por pura envidia, pero de la sana.
  -Que amanezca con un día soleado, abrir la ventana y quedarme mirando al exterior tumbada en la cama hasta desperezarme completamente. Aquí hay dos razones básicas para que a mí me guste ésto. En primer lugar, porque  vivo en un pueblo, lejos de la ciudad, y esta sensación es más difícil experimentar cuando a lo mejor lo que ves es a la vecina de en frente, tendiendo la ropa con la bata de guatiné o al marido en camiseta de tirantes fumando a eso de las ocho de la mañana. Y la otra razón es porque en Gijón llueve, un poquito más que en Cáceres, sólo un poquito, no vayamos a fastidiar con este post al turismo astur, pero claro, cuando sale el sol lo celebramos mucho  más que los que están acostumbrados a verlo todos los días.
 -Cuando a veces me despierto, pienso que tengo que ir a trabajar y luego me doy cuenta de  que es sábado o domingo.  Me entra una paz interior…

LO QUE VEO CUANDO ABRO MI VENTANA, ASÍ DA GUSTO ¿VERDAD?
CORTINAS DE IKEA :),



              NO ME GUSTA

   -La gente que contesta con emoticonos o sólo con OK: Cuando te pasas escribiendo horas un mensaje, lo tienes, lo borras, añades una palabra, la quitas, te confundes en poner una letra, lo cambias.. y la respuesta es "ok" o el famosito emoticono de la sonrisita que puñetera gracia me hace a mí.
   -Las Hylotrupes bajulus, las mariposas de la luz, las p....  polillas ( ¿se puede decir tacos?), cuando se pegan en el cristal de tu ventana por la noche porque hay luz dentro, y ahí se quedan ininterrumpidamente hasta que alguien abre la ventana para sacudir el mantel o porque hace calor, o porque no tienen piedad: Arggg!
   -No me gustan las casas que huelen a berzas, repollo, comida mala, fritanga, tabaco o animal. Lo siento, tengo esa tara de la limpieza y olor. Yo también cocino repollo y berzas, pero después quemo algo de azúcar en una sartén para quitar el olor y…, pero eso es tema de otro post.
   -Que me hablen por la mañana recién levantada  Y  menos que me canten una canción o me cuenten las noticias de primera hora de la mañana cual Pedro Piqueras y sin parar de hablar… demasiada información. Y mira que lo saben de siempre, y nada…
   -No me gusta la gente que se pasa de graciosa, o que es excesivamente amable, porque no me hacen ninguna gracia y suelo desconfiar de ellos/as. 
   -No me gustan los pistachos cerrados, o las nueces que abres y sólo se parte un trocito,o las pipas de calabaza que al morderlas no se abren y se pliegan aún más si cabe. Suelo abandonar el fruto seco en cuestión para que le toque a otro más "apañao". 

ROCIO


lunes, 13 de mayo de 2013

ESAS PEQUEÑAS COSAS...


            


            Hace algún tiempo leímos en el blog de Nuria Roca (otra vez sale ésta) una lista de cosas que ella titulaba como ME GUSTA/NO ME GUSTA y que nos dio pie a Rocío y a mí a reflexionar un poco. Nosotras, que tenemos un espíritu de superación terrible, fuimos más allá e intentamos plasmar en nuestras propias listas esas cosillas que nos amargan o alegran el día, que nos cabrean o nos ponen como unas castañuelas, que adoramos o no soportamos. Como nos pareció gracioso y nos sirvió para conocernos más, lo queremos compartir con vosotros. Hoy empiezo yo. Ya digo, no se trata de cosas importantes. Si fuera así  tendría que decir que lo que más me gusta es que la gente de mi entorno sea feliz y lo que más odio es a los energúmenos que abusan de niños o ancianos. Sólo se trata de recopilar esas “pequeñas cosas”, como cantaba Serrat, que te sacan de quicio o te hacen decir “Aysss...” Pues eso.

Adoro:

   -Cuando mi hijo se ríe en sueños. Hay dos cosas preciosas relacionadas con bebés: la primera es oír sus carcajadas y  la segunda es verles dormir. La combinación de las dos es lo más de lo más.
   -Descubrir que me quedan bien los pantalones de hace tiempo. Esta experiencia para las que nos fluctúa el peso más que el precio del barril de crudo es de las que más ilusión hace. Algunas me entenderéis. El chándal del Naranjito no vale, eh? Que en el 82 se llevaba la ropa muy ancha.
   -Ver parejas mayores paseando de la mano. Que no digo yo que no vayan así para evitar sacar los andadores a la calle, que siempre incomodan,  pero a mí me enternecen muchísimo.
   -Encontrarme una moneda (billete mejor) en un bolso o pantalón del año anterior. Una vez me encontré 80 euros! Y no los había echado en falta! Si me pasa eso ahora, después de los recortes de Mariano...
   -El olor a ajo frito. Si lo hicieran en eau de toilette me lo echaría todos los días. Fijo.
   -Cuando me toca una patata frita que viene doblada.  Si a vosotros también os pasa esto , nunca compartáis una bolsa conmigo: soy implacable.
  -Que me laven el pelo. De los mejores placeres confesables. Ummmm.
  -Que me digan “mi niña”. Me pone más tontorrona...






No soporto:

   -Cuando se me cae algo y al recogerlo tiro otra cosa, y me agacho y tiro otra...etc, etc. Así soy yo, con mis luces y mis sombras.
   -Cuando me dicen que la tortilla no tiene cebolla y me la encuentro en la boca. No es agradable verme hacer arcadas. Y no hay necesidad.
  - La gente que se queja mucho porque le gusta dar penina. ¿A que todos conocéis a alguien así? Esos pobres de espíritu que intentan captar la atención de los demás de esa manera. Al final, la gente se cansa. Que lo sé yo.
   -Las personas que te echan el aliento al hablar. Puaaajjj!!!¿Qué pasa con la distancia mínima de seguridad?
   -Las braguitas que se te meten por la canaleta.  Sin comentarios.
  -La chicha que sale a los lados de la espalda cuando aprieta el sujetador. En combinación con lo anterior te puede arruinar el día.
   -El olor del perfume de las señoras que van a misa de ocho. Insufrible. Me parece que una que causa furor se llama “Joya” ¿Por qué no usan colonias fresquitas, de azahar, de rosas o de ajo frito?
   -Que me digan “señora”. Grrrrr.

ROSA

María Rozalén es una cantautora manchega que acabo de descubrir y me gusta mucho, mucho. Ha hecho un grandísimo trabajo con su amiga Beatriz Moreno combinando música y lenguaje de signos. Me parece original, fresco y muy divertido. Espero que os guste tanto como a mí. Aviso: la canción es súperpegadiza.



ROSA OTRA VEZ

viernes, 10 de mayo de 2013

LA IMPORTANCIA DE SER MADRE




CON MI SOBRINA  CUANDO NACIÓ

¡Tata! ¡Que ya viene mamá!- Me gritó mi sobrina con una sonrisa de oreja a oreja. Por Dios, como quiero a esta niña, tanto como si fuera mía…, de hecho aquel día había estado conmigo desde por la mañana y no quería que se fuera, si al menos se quedara un día más… ¡Nos llevamos tan bien! Luego confieso que, en general, cuando veo llegar a su madre y ella me deja  para correr a abrazarla me siento algo … ¿vacía?. Y es que el amor de madre y esa vinculación que nace entre padres e hijos, es algo que envidio y que creo que nunca experimentaré. Ya lo decía una de mis blogueras de moda  con referencia al día de la madre que se celebró la semana pasada: “Felicidades a las madres que por el hecho de serlo ya son especiales”.
Me temo que esa forma de ser especial no va conmigo y no por eso dejo de preguntarme si me estaré equivocando y si en un futuro anhelaré esas sensaciones que dicen tener. Por las circunstancias de la vida, me estoy alejando cada vez más de la idea de ser madre, a pesar que hoy en día y según voy teniendo cada vez más años, estoy rodeada de amigas que son madres, y entre ellas Rosa que lo ha sido de una manera especial.
Y es cierto que por este motivo me planteo si seré un “bicho raro” al concebir la vida sin hijos. No creo ya en los estereotipos de mujer sin hijos como una mujer amargada, desde luego que yo nunca me sentiré así. Creo que tendré menos dolores de cabeza, menos preocupaciones, más tiempo para mí, para viajar, mayor libertad para mis aficiones, para compartir mi vida con mi chico, solos los dos, sin tener que pensar en hijos… Puede que sea una postura egoísta pero es lo que pienso. Son muchas las horas que me paso trabajando y no tendría tiempo para estar con ellos, y desde luego que no me gustaría dejar de trabajar para atenderlos. Tampoco quiero dejar a mis hijos a cargo de otras personas, aunque sean mis padres o mis suegros, que es lo que tendría que hacer si los tuviera, como todo el mundo, y no culpo a nadie por ello no me malinterpreteis, pero esa no es mi idea de tener hijos.
Volviendo a recordar los consejos que habitualmente me da mi amiga Rebe, que fue madre hace muy poquito. Una vez preguntándole por este tema me dijo: “Yo soy muy feliz con mi niña Ro, pero antes de tenerla también lo era…” Hasta aquí todo bien hasta que continuó: “Es otra forma distinta de felicidad”. Y aquí de nuevo vuelven mis dudas.. 

ROCIO

"LO MÍO"

           Me dicen los amigos que cuente “lo mío”, que va a gustar, que cuando ellos lo cuentan despierta mucho interés. Además, viene al caso después de la reflexión que acaba de hacer Rocío. De acuerdo, ya que insistís... hago así como que me cuesta para hacerme la interesante, pero la realidad es que me encanta hablar del tema.
           Soy madre soltera por elección. Esto quiere decir que lo soy y que lo quiero seguir siendo. La mayoría de las madres solteras hemos convivido previamente con una pareja, y generalmente la ruptura ha sido dolorosa, incluso en los casos en los que hemos sido nosotras las que decidimos romper. Estoy plenamente convencida de que no quiero vivir con un hombre en casa, aunque eso no signifique que no pueda tener pareja, pero sin compartir techo y sin que él tome decisiones sobre la educación de mi hijo, mi vida en general o mi familia en particular.
            Ya digo, en mi caso la cosa estaba clara: Quería tener un hijo y lo quería tener sola. La gente de mi entorno sabe que desde hace mucho tiempo lo tenía claro. Anda que no dí la brasa con el tema. Gracias a dios, un embarazo de soltera ya no provoca rechazo social. Puedo decir orgullosa que sólo me encontré apoyo a mi alrededor. Y no sólo apoyo moral o psicológico. Hubo hasta quien me ofreció dinero para el tratamiento y quien me dijo “Aquí estaré para lo que tú quieras y a la hora que tú necesites”, “Te cuidaremos mucho”, “Debes hacerlo” y muchas más cosas sinceras de verdad. Si alguien no estuvo de acuerdo con la decisión o pensó que me equivocaba, tuvo a bien callarse y yo se lo agradezco. Mis padres, tras el shock inicial, lo aceptaron y fueron mi principal pilar. Ay, si no fuera por ellos. Qué sería de mí.
             Lo primero es informarse claro. Fui a una clínica de reproducción con el único propósito de que me contaran todo lo que yo necesitaba saber. Pensaba yo que con 37 años aún no tenía prisa. Ingenua de mí. El ginecólogo me explicó lo de la edad biológica, la reserva de óvulos y me dijo las palabras clave “Estás dejando pasar tu último tren”. Aaaaarggg. Aunque en la consulta guardé la compostura, cuando salí me puse a correr como un pollo sin cabeza.  El momento adecuado era ya. Ya. Sin dilación.
            De todo el tratamiento, lo que más curiosidad despierta es lo del donante de esperma. Mi “semillita” venía de Barcelona. Os diré que trabajan con una profesionalidad tremenda. Cada viaje (no sé con qué palabra definirlo porque “eyaculación” me parece muy fuerte) cuesta 400 y pico euros. Pero qué es eso, si lo que te dan a cambio son ocho millones de bichitos. Si echáis la cuenta, sale barato. Te preguntan cómo eres tú físicamente (raza, talla, peso, color de ojos, piel y pelo) y advierto que no te dejan elegir cómo quieres que sea tu bebé. En el caso de las mujeres solteras buscan a un donante con fenotipo parecido al tuyo, para que el crío se parezca lo más posible a ti. No se puede elegir el sexo del bebé (otra pregunta que surge siempre). No es legal en España. Yo me cansé de decirles que quería niña, por si colaba, pero ni caso.
            Fueron tres inseminaciones artificiales (fracasadas, claro) y una fecundación in vitro (esa fue la buena). Durante todo el año que duró el proceso no dudé ni un sólo momento de que más tarde o más temprano lo conseguiría, lo juro.  Supe que estaba embarazada un 28 de diciembre, día de los Santos Inocentes. Paradojas tiene la vida.
 Mi hijo es rubísimo, blanquito y con los ojos azules más bonitos que hayáis visto en toda vuestra vida . Siempre bromeo con que el donante era un estudiante nórdico con beca  Erasmus. Averigua tú.
          A veces surgen dudas, cómo no, pero no creo que sean diferentes a las de cualquier otra madre: ¿Sabré educar a mi hijo? ¿Le podré dar todo lo que necesite? ¿Será feliz?. No tengo las respuestas. Sólo sé que le adoro, que le quiero por encima de todo y que daría hasta mi misma vida por él. Él a cambio me da risas, besos y una cosa que tengo aquí, agarradita al pecho, que al principio pensé que eran gases y que ahora sé que es una felicidad inmensa. ¿Se puede pedir más? 

ROSA


Feliz Fin de Semana. El lunes regresamos....